CRÖNICA: DEVORADORES DE SOMBRAS de Richard Lloyd Parry

RBA
500 páginas
Disponible en ebook

He dudado a la hora de titular esta entrada.
Obviamente no es una novela, pero tampoco un ensayo ni un reportaje periodístico.
Creo que crónica es más global, encaja más con lo que Lloyd Parry nos ofrece.
Lucie Blackman es una joven corriente.
Nacida en una familia obrera británica, un poco desestructurada por la separación de sus padres, pero dentro de lo aceptable; sin ganas de estudiar pero dispuesta a trabajar, incluso llegó a ser azafata de British Airways; consumista en los límites de lo comprensible a su edad....
En un mundo global, irse a Tokyo ya no es una aventura tan inalcanzable. Trabajar en un club de acompañantes tampoco tan inmoral como podría parecer.
Pero lo que convierte la historia de Lucie en singular es precisamente su asesinato, su desaparición y el posterior hallazgo del cadáver.
En el trabajo minucioso, honesto y coherente de Parry, lo más certero, lo que consigue crear una obra de importancia, es su alcance.
El periodista, que ha tardado diez años en recoger todo el material, no se limita a una recreación de los hechos ni a investigar simplemente la forma más morbosa de los mismos.
Al contrario, amplía el espectro en tiempo y espacio y nos dibuja un retrato de sus personajes y del entorno, de las costumbres y formas sociales, del funcionamiento de la policía...
Su propuesta es ambiciosa e importante, porque, si bien como crónica sólo pretende trasladar una representación fiel a la realidad, la conclusión que podemos extraer es que, al margen de desvíos, la vida de Lucie Blackman en su familia era normal, y seguiría siéndolo, posiblemente con muchas anécdotas que contar, si no se hubiese cruzado en su camino un personaje que supone una de las encarnaciones posibles del mal.
El Premio Nobel hace unos años a Svetlana Alexievich, creo que zanja el debate entre periodismo y literatura.
Pues bien, este es otro ejemplo.
Lloyd Perry utiliza el lenguaje, no para buscar belleza pero sí precisión, y eso es algo bello. Perfecto. Además, establece una perfecta progresión dramática, sin efectos, en la forma de trasladar la historia. Devoradores de sombras encaja a la perfección en una obra de género negro.
Por lo tanto, sí, es válida como literatura y como crónica. Y, lo más importante, también resulta apasionante. Difícil no engancharse a estas paginas por las que transcurre la historia de una joven y su familia, que , si no fuese gracias a su asesino, quedarían como una colección de historias nunca contadas. Algo que, sin duda, hubieran preferido.

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