CINE: GRASS de Hong Sang soo

Corea del Sur 2018
Kim Min hee. Jung Jin Young. Gi Ju bong. Sao Young hwa. Kim Saeb yuk. Ahn Jae hong. Gong Min jeung

Hace unos días disfrutaba y comentaba la peñícula de Sang soo El hotel a orillas del río.
Gracias al confinamiento llega esta rareza única, Grass. Desconozco si en otras circunstancias llegaría a estrenarse en salas comerciales, ya que, además de las singularidades propias del autor, le suma el hecho de tener una duración de apenas sesenta minutos.
No sé si es anterior o posterior al Hotel. En cualquier caso, aunque descoloca un poco las afirmaciones de la evolución del autor que hice entonces, no las contradice: posiblemente esté simplemente más avanzada, y esta cinta y la otra formen una especie de díptico experimental hacia un nuevo camino.
Una vez más se mantienen las constantes de Hang soo: su aparente confluencia de planos, la flexibilidad de la realidad, su ligereza narrativa, su luminosidad, su inteligencia.
Pero tengo la sensación de que está buscando un nuevo lenguaje con el que contar nuevas historias.
El centro de esta es un café y una mujer que escribe desde una de sus mesas.
Entendemos que escucha las historias que ocurren a su alrededor, las de diversos personajes que dialogan, y cuyas conversaciones capta la cámara con una caligrafía ausente de pretensiones, transparente. Pero tal vez las historias en las que estos se mueven estén siendo interpretadas o incluso inventadas por la protagonista, quien terminará metiéndose dentro.
Son apuntes, esas charlas, sobre episodios dramáticos, muchos de ellos alrededor del suicidio, el alcohol, el fracaso o el abandono. Pero el director nunca eleva el nivel más allá de lo cotidiano, como si quisiese trasladar la plenitud de la vida como un transcurrir continuo, sin necesidad de aderezos.
Singular es que, nuestra escritora, que tan bien escucha las historias de otros, sea tan empática en la propia, su relación con su hermano.
Grass es como una caja de música que contuviese un hermoso laberinto. Un mecanismo perfecto, pero de una perfección nunca agresiva, siempre cercana.
Llena de matices tanto desde el punto de vista formal, de nuevo en blanco y negro, como psicológico, en lo que se refiere a los matices de cada personaje y sus relaciones.
Posiblemente podría calificarse como obra maestra ( definición que me gusta muy poco porque obvia la relación subjetiva autor/ público ), pero en su humildad.
Una gozada en cualquier caso, que revalida a su autor, una vez más, como un creador único, y me confirma que su futuro estará en un avance sobre sus mejores habilidades.
Espero.

Público

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