CINE: EL TRAIDOR de Marco Bellocchio


Italia 2019
Pierfrancesco Favino. Maria Fernanda Cándido. Fabrizio Ferracane. Luigi Lo Cascio. Fausto Russo Alesi. Nicola Cali. Giovani Calcagno. Bruno Cariello. Vincenzo Pirrotta. Bebo Storti. Gofrredo María Bruno. Gabrielle Cicirello. Paride Cicirello. Elia Schilton. Alessio Praticó. Pier Giorgio Bellocchio. Rosario Palazzolo. Antonio Orlando. Ada Nstico. Federica Butera. Giovani Orozza Signoris.Alberto Gotusso. Tatu La Veccchia. Sergio Pieratini.

La Cosa Nostra es sin duda un curioso entramado de delincuencia.
Una organización estructurada desde el paradigma de la institución familiar, pregnado de tradiciones religiosas casi arcáicas y capaz de matar y acariciar con la misma mano y a las mismas personas.
Basura escondida bajo una pantalla de confusos valores y inaceptable moral.
Tomasso Buscetta fue un personaje importante a la hora de hacer públicas sus actividades y mandar a la cárcel a gran parte de sus dirigentes.
Un traidor para ellos, un delator que, habiendo sido un soldado destacado, decidía en un momento dado pasarse al otro lado y vivir con miedo el resto de su vida.
La primera hora de la cinta, que dura dos horas y media, podría equipararse a cualquier película tradicional de género. Hay ecos de El Padrino, la biblia de las obras cinematográficas sobre mafiosos. Aunque es cierto que ya asoman algunos recursos visuales que hacen pensar en un instrumento visual elaborado.
Pero seguimos el inicio de la lucha de clanes, la huida a Brasil y el retorno, con la mirada convencional a la que estamos acostumbrados en este tipo de historias.
Es a partir del juicio cuando la pantalla parece transformarse en un gran guiñol, en una ópera, y el artefacto visual se despliega en un aluvión de ideas gráficas que dan velocidad a la narración. El  coro de Nabucco es el mejor ejemplo de lo que el director va a utilizar y la textura que quiere darle al conjunto. Escenas como el atentado contra el Juez Falcone serían difíciles en una obra que no hubiese ya acordado con su público el nivel de libertad y creatividad en que iba a moverse.
Podría decirse que le falta profundidad psicológica. De hecho he leído algunas críticas que alertaban de que se concluía sin entender más sobre las motivaciones del personaje central.
No creo que esa sea la intención del director.
Creo que Bellocchio pone un tono de burla ligera y algo de distancia para narrarnos algo para lo que la pincelada gruesa ofrece más posibilidades que el detalle, trasladarnos que la mafia, a fin de cuentas, está compuesta de seres humanos. También, y esto es fundamental, ( y es aquí donde más se aleja de la cinta de Coppolla ) eliminar cualquier atisbo de heroicidad. No hay medias tintas. Los componentes de esa organización son hombres crueles, sin valores, como también lo fue ( y posiblemente lo es ) el protagonista ( y la decisión de terminar la cinta con esa escena es determinante).
Él es uno más. Interesa como mecanismo que sacudió los cimientos de la organización, pero probablemente hay pocas cosas que le diferencien del resto de los asesinos a los que acusa.
Debajo del decorado, de esa falsedad de valores, sólo hay podredumbre y avaricia.
El Traidor me parece una propuesta fastuosa, y que no se desmadra porque está puesta en pie con la mano firme de un maestro.
Pero además es un excelente documento histórico.
Una muestra de cine pegada a la realidad y con el objetivo de contarla por parte de alguien que, sin duda la conoce bien.
Un homenaje también a una Italia que está por encima de eso y que tiene derecho a verlos como los personajes miserables que realmente son.
Y es que el cine vale para muchas cosas.

Público



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