258 páginas
Disponible en ebook.
La locura y la creatividad siempre han estado muy unidas. Como la locura y el dolor. Como el dolor y la creatividad.
De todo esto habla Tatiana Tibuleac en este libro con un título tan hermoso como muchos de sus párrafos.
La historia se centra en una relación entre una madre y un hijo.
Inmigrantes polacos viviendo en Inglaterra.
Él al parecer la odia, la aborrece. Ella, imperfecta, al parecer le ama.
Juntos pasarán un verano en Francia. Un mes que será el centro de la vida del muchacho, hombre ya cuando nos cuenta esta historia hecha de recuerdos e imágenes.
Allí descubrirá muchas cosas. Para mi, la más importante, el deseo de "desodiar".
Es un libro pequeño en páginas pero transmite un caudal inmenso de situaciones y sentimientos, expandiéndose hacia delante y hacia atrás en referencias abiertas.
Lo hace con un lenguaje rico y empapado, donde cada palabra tiene densidad y significados múltiples, donde lo bello y lo terrible conviven como lo hacen la narrativa y la poesía.
El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, es una inmersión en un universo íntimo en el que profundiza hasta limites de una sinceridad estremecedora. Un retrato abstracto de una locura donde nos aterra encontrar puntos en que podemos llegar a identificarnos. Es una explosión.
Una obra importante de la que no quiero hablar más para no caer en el spoiler.
Sólo recomendar que cualquier lector se atreva a enfrentarse a la fragilidad de los seres humanos, incluso cuando llegan a ser dioses.
Público
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