CINE: RETRATO DE UNA MUJER EN LLAMAS de Celine Sciamma

Francia 2019
Noemie Merlant. Adele Haenel. Luana Bajrami. Valeria Golino. Christel Baras. Cecile Morel. Amande Boulanger. Michele Clement

Retrato de una mujer en llamas comienza como un cuento, un cuento de esos que se incluyen en otra narración o en un recuerdo, aquí los de una pintora a la que, la intromisión de una de sus alumnas, hace volver a unos días que fueron, posiblemente, los más importantes de su vida.
Comienza de noche, en una lancha en un mar picado. La protagonista llegará a una gran casa donde tendrá una misión: retratar a una joven que acaba de salir de un convento y a quien su madre ha decido casar con un buen partido italiano.
El problema es que la modelo se niega a posar, y la artista deberá de realizar su trabajo en secreto y sólo desde los recuerdos que consiga captar cada día.
El ambiente también es de cuento, un lugar en tierra de nadie, desolado, en la Francia de 1770. Una casa que parece abandonada porque sólo los principales personaje de la historia ocupan un espacio.
Y en ese entorno y con ese objetivo, se desarrolla un juego de miradas, de quien ve y quien es visto, un tratado de descubrimientos del que la cámara de Sciamma es un elemento más. Y una historia de amor y renuncia, de un romanticismo profundo y sobrio, denso.
No puedo clasificar Retrato de una mujer en llamas como una historia de amor lésbico. Creo que eso sería limitarla mucho.
Por un lado porque, como apuntaba antes, me parece una historia de amor desde el descubrimiento, desde la acción de ir descorriendo los velos que nos esconden, sabiendo que siempre quedarán algunos pero que uno puede ir acercándose poco a poco al alma del otro.
También, y sobre todo ( y a ver si consigo explicarlo ), porque en tiempos de ideologías confusas y manipuladas y mensajes infantiles, esta película se alza como un verdadero retrato de la mujer, de su lucha, de su presencia.
Ceiline Sciamma, con la inestimable ayuda de sus actrices, habla  de la mujer en toda su grandeza, de la que entiende la independencia con la necesidad de renuncia como única salida y así la asume, o la que acepta el destino impuesto sin sentirse culpable, también de la mujer maltratada y utilizada como objeto e incluso de la mujer que es una herramienta para que el hombre cumpla su voluntad.
Las dibuja con una dignidad que no pierden en ningún momento, con grandeza. Y les hace dos regalos importantes:
Esos cinco días en ausencia de la madre en que las tres habitantes de la casa romperán distancias y disfrutarán de unas jornadas de libertad.
Y el coro de mujeres, de una belleza sensual sorprendente, alrededor de la hoguera.
Todo ello hace de esta cinta una película importante, pero también su caligrafía y su estilo.
Retrato de una mujer en llamas  nunca se recrea y ni siquiera muestra la sordidez, sino que siempre mira hacia la belleza. Es lenta, muy lenta, de forma consciente, tomándose su tiempo para trasladar el ritmo de la vida entonces, pero también para que podamos captar el detalle íntimo que se va desarrollando con delicadeza ante nuestros ojos.
Es una obra tan consciente como generosa.
Sin duda una gran película.
Como decía al principio, tiene la textura de los cuentos, personalmente, no sé porqué, me recuerda a Karen Blixen, una de mis escritoras favoritas. Veo su aliento, pero también su nostalgia al pasado.

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