CINE: COMPORTARSE COMO ADULTOS de Costa Gavras

Gracia/ Francia 2019
Christos Loulis. Alexandros Bourdournis. Ulrich Tukur. Josiane Pinson. Valeria Golino. Daan Schuurmans. Christos Stergioglou. Themis Panou. Aurelien Recoing. Vincent Nemeth. Cornelius Obonya. Francesco Acquaroli. Georges Correface. Colin Stinton

En 2015, tras cinco años de desastre económico y recesión, Grecia parecía convertirse en el germen de una revolución contra el sistema con el triunfo electoral de un gobierno radical que prometía una lucha sin cuartel contra los gigantes para salvar la dignidad del pueblo.
En un momento de auge de las ideologías populistas, la cuna de la civilización occidental parecía renacer de nuevo como referencia, aunque muchos veíamos esa propuesta como una utopía tan falsa como peligrosa.
El tiempo demostró, y está demostrando en nuestro país, la futilidad de los discursos vacíos y demagogos antisistema, pero esa es otra historia.
En el centro de todo aquello, surgió un personaje hipnótico, Yanis Varoufakis, Ministro de Finanzas que, por encima del propio Primer Ministro, asumió la imagen del David dispuesto a enfrentarse a cualquier Goliat.
Con trazas de estrella de rock y personalidad megalomana, este hombre que consiguió enamorar a la mitad de Europa e indignar a la otra mitad, fue capaz de enfrentarse a los oligarcas de la Comunidad y de convertirse en un referente mundial.
Pero el sueño duró poco.
Los pies eran de barro y el gran economista fue cuestionado como un trilero suicida por su propia gente.
Varoufakis escribió, como era de esperar, un libro contando esta moderna Odisea.
El material no podía ser más atractivo para un director tan político y tan griego como Costa Gavras. Y al resultado no se le puede objetar nada, siempre desde su punto de partida.
El director asume la historia del Ministro sin cuestionarla, y desde su mirada, nos cuenta una historia tan entretenida como parcial y ausente de autocrítica.
A fin de cuentas, el relato tiene mucho de justificación y de ajuste de cuentas, como es lógico. Su opción, ya desde el título, es infantilizarse a sus contricantes. Algo bastante burdo.
Es interesante entrar en los mecanismos de quienes dirigen Europa y se agradece que no haya una ironía excesiva. Se le ha echado en cara cierto didactismo pero a mi me viene bien.
Pero también es cierto que me falta una visión que se extienda un poco más, que le de un poco más de grandeza al suceso, donde echo de menos al pueblo griego, apenas presente en algunas escenas.
Además creo que el ajuste de cuentas con su antiguo amigo, el Primer Ministro, es claro, hasta el punto de evitar intentar comprenderlo y reducir sus motivaciones a miradas asustadas y a un final excéntrico, inteligente y sintético pero sólo eficaz desde el punto de vista cinematográfico, vacío.
Por último, el Varoufakis real tenía mucho más carisma que el actor que lo representa.
Costa Gavras deja pues una crónica parcial de un episodio de la historia europea al que se le habría supuesto más nivel, más densidad, especialmente por las vinculaciones personales del director con el tema.
Era a fin de cuentas " la película de Costa Garras sobre la crisis griega".
Pero la elección está clara.
Incluso en el tono, en ocasiones anacrónicamente divertido, y acompañado por una banda sonora tan típica como ausente de dramatismo.
De alguien que en su momento tan crítico y tan beligerante, se esperaba una mayor carga de debate. La verdad nunca es sólo una. Y él lo sabe.

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