Saoirse Ronan. Timothee Chalamet. Emma Watson. Florence Pugh. Eliza Scanlen. Laura Dern. Meryl Streep. James Norton. Louis Garrell. Bob Odenkirk. Chris Cooper. Tracy Letts. Abby Quinn. Sasha Frolova. Ken Holmes. David Arthur Sousa.
La verdad es que no sé si existen muchas novelas con la cantidad de películas basadas en ella como Mujercitas.
Si me pongo a pensar, se me ocurren un mínimo de cuatro, y sé que existen más.
Otra característica a tener en cuenta es que todas ellas son propuestas respetuosas, más o menos acertadas, pero ninguna con la pretensión de ser rompedora.
Con el paso del tiempo, y un momento histórico donde la igualdad de la mujer es, sin duda, uno de los principios obligados y unánimemente compartidos, podría pensarse que no se tardaría en convertir a Jo en un icono feminista.
Quizás, como hizo Carmen Portacelli en teatro con Jane Eyre, sería necesario vulnerar un poco la esencia del texto.
Pero no.
Podemos decir, y luego lo explicaré, que las Mujercitas de Greta Gerwing se adaptan a la perfección a las inquietudes de la sociedad actual, pero para ello no necesita ser transgresora. Sólo inteligente.
Para empezar, el guión decide desviar el núcleo habitual. La cinta no se esfuerza en trasladarnos el universo familiar y sus relaciones de vecindad. De hecho, esos episodios se desarrollarán a modo de flasbacks, siendo esta una versión muy poco lineal que comienza precisamente en lo que en otras versiones es el final.
Ese es uno de los aspectos que hacen esta propuesta diferente. El peso está en los personajes y sus relaciones. Y las conclusiones de cada uno, adquieren la importancia necesaria, no sólo como colofón.
De hecho, el punto más llamativo es ese final donde Jo contempla el proceso de impresión de su libro. Una decisión de la directora que nos permite asumir un toque de metaliteratura y elegir si queremos que el final sea tal o sólo el necesario para contentar al editor.
Creo que con esa sutileza es más que suficiente. Estas Mujercitas, ya lo he dicho, conviven con las exigencias de nuestra época.
Y para ello, no renuncia al clasicismo.
Porque la producción es exquisita.
Preciosa en sus escenarios, de exterior e interior, perfecto su vestuario, delicadas la iluminación y la música. Un producto estéticamente elegante, redondo. Perfecto.
Otro punto a destacar es el nivel general de las interpretaciones y la homogeneidad del reparto. Pocas veces he visto un casting tan adecuado tratándose de un número tan amplio de personajes Resistiré la tentación de destacar a alguno, porque no sería justo.
En resumen, no sé si seguiremos viendo nuevas versiones de Mujercitas en un futuro, pero esta última cumple con creces la obligación de recordar la novela como una pieza tan importante desde el punto de vista literario como válida a la hora de hablar de los valores que verdaderamente importan.
Público
Comentarios