CINE: EL OFICIAL Y EL ESPÍA de Roman Polanski

Francia 2019
Jean Dujardin. Louis Garrel. Emmanuelle Seigner. Gregory Gadebois. Herve Pierre. Wladimir Yordanoff.

Creo que, al margen de alguna de sus primeras películas, la imagen de morbo que acompañó a Polanski durante muchos años, tiene mucho más que ver con su vida privada que con su obra.
Lo cierto es que para mi es un director muy clásico narrativamente hablando y entre sus obras hay mucha adaptación literaria, en concreto varias obras de teatro ( La muerte y la doncella, Un dios salvaje, La Venus de las pieles).
Tanto El Pianista como El Escritor eran claramente obras de género contadas, muy bien contadas, de forma muy tradicional.
Ahora, El oficial y el espía es una excelente ( lo digo ya ) película de corte histórico.
Todo comienza en una escena magistral, grande, solemne. Dreyfuss, el militar judío que fue condenado por alta traición va a tener que asistir a la escenificación de su expulsión del ejército francés.
Si, es el famoso Caso Dreyfuss, aquel que Emile Zola hizo aún más popular con su artículo Yo Acuso.
El guion opta por contarlo como un thriller. Para ello, el protagonista es otro militar al que se ofrece dirigir la oficina de información, aquella que lidero la acusación y condena. Lo que allí se encuentra, dista mucho de lo que pensaba.
Además, no tarda en tener que asumir claras dudas sobre la culpabilidad de un hombre que en ese momento se encuentra confinado en la Isla del Diablo.
La cinta huye del efectismo y, a cambio, nos regala solidez y elegancia.
Polanski se acerca a los rostros, dado que es una cinta de personajes pero pocas veces he visto tan bien utilizados los escenarios históricos, tanto en los interiores, como en los exteriores, retratando un París hermoso, sin duda fruto de una sociedad grande y que, por lo tanto, debe ser justa.
Además, creo que el buen cine histórico es aquel que es capaz de dialogar con la actualidad, recordarnos, servirnos de referencia, hacernos pensar.
Desde ese punto de vista, Polanski, de forma consciente, me hace entender que el antisemitismo no fue una creación de la Alemania nazi. Que las masas son fácilmente manipulables. Que es difícil que los estamentos del sistema dejen de protegerse a si mismos por todos los medios incluso llegando a niveles descarados.
La verdad es que no son referencias muy edificantes. Pero son ciertas.
Quizás revisitar la historia sirva para que los errores no se repitan.
En cualquier caso, El oficial y el espía regala un epílogo esperanzador. Pensar que los hombres justos tienen su reconocimiento y alcanzan la posibilidad de impulsar el cambio. Creo que, de alguna manera, con ese final, Polanski opta por devolver algo de dignidad a Francia, país que sin duda, ama.
En cualquier caso, si no se quiere llegar a esas reflexiones, queda una, ya lo he dicho, excelente historia muy bien contada y muy atractiva visualmente.Apasionante a pesar de que pueda pensarse que el objetivo de fondo del director es didáctico.
Una cinta grande que nace ya oliendo a clásico.

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