Jonathan Pryce. Anthony Hopkins. Juan Minujin. Cristina Banegas. Sidney Cole. Luis Gnecco. Federico Torre. María Ucedo. Thomas D Williams. Pablo Trimarchi
Es casi un genero: la reunión entre dos personajes del mismo ámbito pero con visiones antagónicas.
Lo que en principio parecen diferencias insalvables, siempre terminan siendo menos importantes que la humanidad de cada uno.
De hecho, quienes en un principio se rechazaban, al final se buscan y se respetan.
Lo que hace especial esta cinta es que esos personajes son personajes reales, aun vivos y con una posición protagónica en el orden mundial.
Nada menos que el Papa Francisco y el Papa Benedicto XXVI.
Los acontecimientos narrados van desde el fallecimiento de Juan Pablo II al nombramiento del cardenal argentino como sucesor de San Pedro.
En el centro, como he dicho al principio, el acercamiento de dos hombres que suponen dos versiones diferentes de la interpretación de la doctrina de la iglesia.
No sé cual es la fuente, lo que es de verdad o posible. Me parecería aventurado lanzarse a una narración de este tipo sin ninguna base, pero también me resulta impensable que ninguno de los dos protagonistas proporcionase a nadie esta información.
En cualquier caso, lo importante es que ninguno podría quejarse. Un guion muy bien escrito, los dibuja como seres humanos, personas que, bajo el oropel, entienden y asumen su misión también con la fragilidad del alma consciente.
Meirelles aprovecha y saca lo mejor de la pompa exterior, especialmente en los cónclaves. Eso facilita un hermoso contraste que además rebaja la solemnidad, la deja a su nivel desmitificando los cargos.
De hecho, miro hacia atrás, a películas como Las sandalias del pescador, y no recuerdo haber visto nunca a un Papa tan cercano. Aquí dos.
Las interpretaciones merecen un capítulo aparte. Toda la cinta es un dueto. Un dueto difícil. Pues bien, se supera con creces. Jonathan Pryce no es conocido fuera de Inglaterra como merecería. Su Bergioglio está lleno de cercanía pero también de contundencia en sus certezas. Un hombre que asume sus errores sabiendo que los seguirá cometiendo. Un hombre con un propósito firme y una enorme capacidad de empatía.
Anthony Hopkins tiene un largo historial en el cine. Creo que su creación de Ratzinger será una de sus cimas. Es perfecto en su gesto pero no por ello pierde la oportunidad de construir desde el interior a un personaje tan contradictorio y complejo como sólido.
Los dos Papas es elegante, de apariencia ligera, muy agradable.
Una buena lección de historia. Sobre todo porque recuerda que la historia la hacen los hombres. Y que cualquiera de ellos, es tan humano como cualquiera de nosotros.
Público
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