Bélgica 2019
Idir Ben Addi. Olivier Bonnaud. Myriem Akheddou. Vivtoria Bluck. Claire Bodson. Othamane Moumen
La principal característica del cine de los Dardenne es la honestidad.
Sus historias hablan de una Europa desigual y errática. Un continente que ha crecido y se ha diversificado sin ser capaz de hacerlo integrando a todos sus habitantes.
La mirada de estos dos hermanos se dirige fundamentalmente hacia aquellos que se han ido quedando fuera, les da voz, a ellos y a quienes, a su alrededor, tienen que asumir el desconcierto de enfrentarse a una realidad que no consiguen interpretar.
Y lo hacen desde una sinceridad absoluta. Su realismo no es una postura estética o política, sino una forma de contar desde la verdad.
En este caso, su acercamiento al islamismo más radical lo hacen, de nuevo, desde una víctima. Pero no una víctima al uso, no, no es una víctima del terrorismo sino, nada menos, uno de los futuros terroristas.
Es un muchacho de trece años.
Los directores van dejándonos caer notas para que seamos capaces de construir su historia. Es huérfano de padre, un primo suyo al que adoraba, se inmoló por Alá. Sigue a un imán fanático y, a su edad, se ha convertido en un fanático él también..
Su intento de asesinar a su maestra, termina con el muchacho en un centro de menores. Allí deberá de asumir su propio desconcierto ante el choque de sus creencias con una adolescencia que comienza.
Ahmed es un símbolo de la inocencia.
Si bien esta cinta nos ofrece una visión muy gráfica de la contaminación religiosa que se está produciendo en Europa, podría trasladar el drama de este joven a muchas otras situaciones, porque de lo que al final hablan estos dos creadores es de la falta de protección de la infancia/adolescencia , su manipulación por parte de los adultos que, en el mejor de los casos, ni siquiera se preocupa de pensar en las consecuencias de sus acciones en la siguiente generación.
La mirada es clara y transparente.
La verdad está ahí, sin efectos.
El cine de los Dardenne es en ocasiones, como esta vez, bueno, otras muy bueno, como en El niño o La chica desconocida. Pero siempre es necesario.
Público
Idir Ben Addi. Olivier Bonnaud. Myriem Akheddou. Vivtoria Bluck. Claire Bodson. Othamane Moumen
La principal característica del cine de los Dardenne es la honestidad.
Sus historias hablan de una Europa desigual y errática. Un continente que ha crecido y se ha diversificado sin ser capaz de hacerlo integrando a todos sus habitantes.
La mirada de estos dos hermanos se dirige fundamentalmente hacia aquellos que se han ido quedando fuera, les da voz, a ellos y a quienes, a su alrededor, tienen que asumir el desconcierto de enfrentarse a una realidad que no consiguen interpretar.
Y lo hacen desde una sinceridad absoluta. Su realismo no es una postura estética o política, sino una forma de contar desde la verdad.
En este caso, su acercamiento al islamismo más radical lo hacen, de nuevo, desde una víctima. Pero no una víctima al uso, no, no es una víctima del terrorismo sino, nada menos, uno de los futuros terroristas.
Es un muchacho de trece años.
Los directores van dejándonos caer notas para que seamos capaces de construir su historia. Es huérfano de padre, un primo suyo al que adoraba, se inmoló por Alá. Sigue a un imán fanático y, a su edad, se ha convertido en un fanático él también..
Su intento de asesinar a su maestra, termina con el muchacho en un centro de menores. Allí deberá de asumir su propio desconcierto ante el choque de sus creencias con una adolescencia que comienza.
Ahmed es un símbolo de la inocencia.
Si bien esta cinta nos ofrece una visión muy gráfica de la contaminación religiosa que se está produciendo en Europa, podría trasladar el drama de este joven a muchas otras situaciones, porque de lo que al final hablan estos dos creadores es de la falta de protección de la infancia/adolescencia , su manipulación por parte de los adultos que, en el mejor de los casos, ni siquiera se preocupa de pensar en las consecuencias de sus acciones en la siguiente generación.
La mirada es clara y transparente.
La verdad está ahí, sin efectos.
El cine de los Dardenne es en ocasiones, como esta vez, bueno, otras muy bueno, como en El niño o La chica desconocida. Pero siempre es necesario.
Público
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