NOVELA: LA POETA Y EL ASESINO de Simon Worrall

Impedimenta
260 páginas
Disponible en ebook

Novela es una palabra amplia.
En cualquier caso, sustitutiva de la búsqueda de cualquier otra para definir lo que es una narración donde existe prte de ficción.
Aunque el fondo sea cierto.
Aunque en su desarrollo exista mucho de crónica.
La poeta y el asesino, novela, es verdaderamente un libro extraño.
El núcleo es, en principio, la falsificación de un poema de Emily Dickinson. Su puesta en el mercado y su adquisición por una biblioteca de la ciudad natal de la escritora. Pronto, el promotor de la compra, tendrá que enfrentarse a las dudas sobre su autenticidad y asumir de forma casi particular,. una dolorosa investigación.
Personalmente es aquí, en esos dos primeros capítulos, donde encuentro lo mejor del libro. Esa búsqueda de la verdad, cruzada con ensoñaciones y referencias de la compleja y misteriosa vida de un artista singular.
En ellos, el autor consigue mezclar la intriga y la angustia del error con la serenidad del pasado, con el misterio de una mujer a la que posiblemente nadie llegó a conocer.
A partir de ahí, se bifurca en dos líneas diferentes.
Por un lado, la figura del falsificador, sin duda un personaje apasionante en su altura cerebral y su confusión moral.
Por otro, la comunidad mormona, desde su creación, ya que es la adscripción de su familia a esa religión lo que empujó, al parecer, al protagonista en la senda del delito.
Ambas áreas tienen sin duda interés, generan curiosidad y están bien trazadas.
Sin embargo, la crónica, el informe, se come a la narración. La escritura va avanzando entre datos,, fórmulas, técnicas de falsificación.... a un nivel de detalle que me hace pasar de la curiosidad a cierto aburrimiento. 
No digo que no exista un loable esfuerzo de recopilación y de puesta en orden, pero me satura la erudición.
Cuando el falsificador se convierte en asesino, yo casi he dejado de ser lector.
El cierre hace círculo con el inicio, pero la ficción ha desaparecido.
También ese gusto que yo había experimentado al principio.
Conozco y he disfrutado de otras propuestas que partían de su adscripción al género periodístico y que conseguían equilibrar a la perfección ficción y realidad. Creo recordar ahora alguna de Francisco Goldman y, por supuesto, Noticia de un secuestro, esa crónica donde García Márquez regresa al periodismo. Pero, repito, sabían buscar el punto de equilibrio. Aquí se escora hasta la profusión de información. 
Repito, es sin duda un libro interesante, tiene muy buenas críticas y creo que está cercano a un éxito editorial.
Mi visión, subjetiva como siempre, es que la verdad no me interesa tanto. Prefiero una buena ficción. Una novela.

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