NOVELA: LA CARA NORTE DEL CORAZÓN de Dolores Redondo

Destino
688 páginas
Disponible en ebook.

Tengo la sensación de que Dolores Redondo ha recorrido un trayecto muy interesante desde el punto de vista literario.
Cuando leí El guardián invisible, me quedé inmediatamente atrapado por esa intriga criminal oscura, capaz de integrar una muestra tradicional de género negro en el magma de leyendas y mitos de la geografía del norte de nuestro país.
Un fondo de maldad casi arcaica que se prolongó con acierto en las otras dos novelas que componían la Trilogía del Baztán. Era un paisaje que claramente tenía mucho de personal y el conjunto estaba muy por encima de las muestras que empezaban a proliferar y que generalmente buscaban sólo un efectismo inmediato.
Se convirtió en un fenómeno literario y me alegré por ello.
Lo merecía y elevaba el nivel del género con un producto perfectamente reconocible desde el punto de vista étnico.
Me decepcionó con su Premio Planeta.
Todo esto te daré me pareció un buen planteamiento que se desarrollaba de una forma circular y cansada, llena de trampas, en un modelo que parecía recordar a Agatha Christie, eso sí, con su precisa descripción del entorno, en este caso la Ribera Sacra.
Supongo que hay tentaciones que es muy difícil rechazar.
La cara norte del corazón, regresa en parte a los orígenes.
Se presenta como una precuela de la Trilogía, y al parecer, conformará una nueva serie.
La protagonista es una vez más Amaia Salazar, esa policía que sigue en parte siendo una niña aterrada que algún día se murió un poco. La conocemos más. Entenderemos como ha llegado a ser una excelente agente, sus vinculaciones con el FBI y quien es el misterioso agente Dupree.
También recibiremos más información sobre lo que le ocurrió en su infancia. Ya que, si bien el grueso de la novela se desarrolla en los EEUU y en concreto en la Nueva Orleans del Katrina, existe una trama paralela hecha de recuerdos de entonces.     
Podemos decir que la autora trabaja realmente tres tramas:
En un primer lugar, y se supone que como espina central de la narración, la búsqueda de un asesino en serie que parece llevar dieciocho años terminando con familias en un extraño proceso ritual.
Más o menos, en el medio de la novela,, aparecerá otro tipo de maldad, aquella que vincula a la agente con su mentor y que está relacionada con las fronteras entre la vida y la muerte.
Y como he citado anteriormente, están los recuerdos de Amaia que nos llevan a Elizondo.
Alrededor, una descripción certera y dura de lo que fue la ciudad en los días en que, por el paso del huracán, se convirtió en infierno, para lo que se sirve del personaje lateral de Nana, una anciana relacionada con Dupree.
El entramado es perfecto. Hay que alabar a Dolores Redondo por lo bien engarzado que está todo. Pero también, sobre todo, por su capacidad de describir, haciendo de la prosa una sustancia pastosa que cala y que transmite texturas y sentimientos en una mixtura perfecta.
Dolores Redondo es, definitivamente, una excelente escritora de´género, y esta es sin duda su novela más ambiciosa.
Al principio hablaba de recorrido en su trayectoria. Lo hago porque creo que con esta propuesta, la autora da un salto: sus primeras novelas eran propuestas que se centraban en lo local, eran rectas en su narrativa y navegaban en territorio conocido.
Ahora se atreve con mucho más, explorando otros territorios y tramas mucho más complejas aunque siga manejando lugares comunes.
Digamos que con La cara norte del corazón, Redondo ha entrado en la liga de los grandes thrillers internacionales, equiparable a autores con Nesbo.
Siempre que siga manteniendo sus constantes, sus señas de identidad, y su respeto al lector, esto no tiene porqué ser negativo. Es cierto que adolece ligeramente de alguno de los defectos de este tipo de propuestas, como la excesiva paginación, pero en ningún caso ha perdido su fuerza narrativa, su pericia en la descripción de las escenas de acción y su capacidad psicológica para dibujar a sus personajes.
He leído alguna crítica negativa. Creo que no es justa,. Estamos ante una escritora que ha decidido emprender una trayectoria que en ningún caso es fácil.
Esperemos, y lo espero con curiosidad, que en la próxima entrega, no se olvide de Elizondo. Y que siga siendo capaz de conjugar entretenimiento y calidad.

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