Leonardo DiCaprio. Brad Pitt. Margot Robbie. Emile Hirsch. Margaret Qualley. Al Pacino. Kurt Russell. Bruce Dern. Timothy Olyphant. Dakota Fanning. Damian Lewis. Luke Perry. Lorenza Izzo. Michael Madsen. Zoe Bell. Clifton Collins Jr. Scoot McNairy. Damon Herriman. Nicholas Hammond. Keith Jefferson. Spencer Garrett. Mike Moh. Clu Gulager. Martin Kove. James Remar. Lena Dunham. Austin Butler. Leslie Bega. Maya Hawke. Brenda Vaccaro.
Las buenas películas de Tarantino ( que hay muchas, pero nunca Death Proof ) son algo así como un parque de atracciones cinematográficos:
Por la cantidad de referencias que utiliza y hace convivir, con absoluta libertad y total respeto. A fin de cuentas es un chico que creció en videoclubs y cuya cultura cinematográfica es enciclopédica. Todas sus películas tienen aspectos que nos parecen conocidos al tiempo que resultan totalmente nuevos.
También por su forma narrativa, que utiliza cualquier recurso a su alcance que estime necesario. Voz en off, rótulos, flashbacks... todo ello al servicio de contar la historia, haciéndola avanzar de forma perfecta.
Finalmente, son muestras coloristas y brillantes, tanto desde el punto de vista visual como auditivo ( que banda sonora tan fantástica en este caso ), que llegan de forma exuberante, porque otra cosa clara es que algo que Tarantino nunca olvida es al público.
El director es, sin duda, uno de los máximos exponentes del cine espectáculo.
En este caso, la obra que nos ocupa tiene también un punto de homenaje.
Hollywood en los años sesenta. De mano de una pareja de amigos, un actor televisivo en horas bajas y su doble. Visitamos ese ciudad tan artificial como brillante, que se enciende por las noches y que vive alrededor del cine, de la necesidad de éxito.
A su lado, en paralelo, Tarantino utiliza como referencia real la historia final de Sharon Tate, la actriz espora de Roman Polanski que fue asesinada por la familia de Charles Mason.
Hay por lo tanto dos líneas que se cruzan en algunos momentos hasta llegar al final : una, la de Roy y Cliff, los rodajes, las nuevas propuestas, el ego. Otra, la de la joven actriz que es todavía capaz de gozar del éxito con cierta ingenuidad ( que hermosas sus escenas en el cine disfrutando de su propia película ).
En ese escenario, la comuna hippie aparece como una veta de infierno, una amenaza, la serpiente que viene a envenenar el paraíso.
Erase una vez... es menos discursiva que otras de las cintas de su autor, se habla pero se habla menos, pasan muchas más cosas, pasan muchas.
Es todo lo brillante que ha llegado a ser su cine, es entretenidísima y muy, muy divertida.
Esta vez además, Tarantino juega un doble nivel:
Hablamos de la ciudad donde se crean las historias que se cuentan al mundo.
Pero también lo que ocurre en esa ciudad y la vida de sus habitantes, es en si misma otra historia igual de artificial que las que se ven en las pantallas.
Y si es así, ¿ que le impide a Tarantino recordarnos que también lo que el hace es sólo y nada menos que cine? ¿ no le permite ese cambiar la historia? como hizo en Malditos Bastardos, Tarantino decide que el final lo pone él, que sus personajes se lo merecen. Y nos regala una de las medias horas más hilarantes y gozosas que hemos visto desde hace mucho tiempo.Donde el cine se hace cine, cine de palomitas, cine del que nos hizo sorprendernos, cine al que le perdonamos todo. En el que no pueden ganar los malos y en que el bueno puede hacer cualquier cosa.
Por último, uno de los mejores factores de esta película, es el acierto de casting. Como siempre, aparecen viejas glorias, siempre bien ajustadas, pero además los protagonistas son perfectos. Margot Robbie es guapa e ingenua, encantadora. DiCaprio cada vez es mejor actor y se le nota lo cómodo que está aquí. Pero a mi sobre todo, me sorprende Brad Pitt, nunca he dejado de pensar que fuese un buen actor, pero aquí además está simpático, canalla, cercano. Un papelón bordado.
En definitiva, puedo decir que Érase una vez en ... Hollywood me parece uno de los mejores Tarantinos. Multiplica sus virtudes, nos engancha.
Una gozada en todos los sentidos.
Público
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