NOS HA DEJADO TONI MORRISON

La descubrí por casualidad.
Beloved era de los pocos libros atractivos en inglés en la antigua librería Crisol de Madrid.
Yo acababa de volver de un año en Los Ángeles y tenía la obsesión de no perder el idioma.
Me fascinó.
A partir de ahí, recorrí toda su obra anterior y no dejé que se me escapase nada de lo que publicó a partir de ahí.
Cuando le concedieron el Premio Nobel fue una verdadera alegría. Entonces aun no era muy conocida en nuestro país y no pude evitar la vanidad del amigo sabiondo.
Toni Morrison se sumergía en el origen ancestral de su pueblo, buceaba en las raices de su cultural y le entregaba con ello una grandeza mítica que la ponía muy por encima de las civilizaciones posteriores, por mucho que estas ostentasen el poder.
Era magia su lenguaje, con la riqueza de un García Márquez, q quien yo la veía tan cercana.
No olvidaré la fuerza de sus mujeres libres y la sensualidad de sus hombres.
No olvidaré Song of Solomon, Tar Baby, The bluyest eye, Jazz y tantas otras.
He concluido la lectura de su obra. Es una relación compacta y cerrada. Completa. Encaja a la perfección con la frase que he titulado este blog "El placer de admirar". Mi admiración es en este caso absoluta.
El otro día escribía sobre Herta Muller, otra de esas mujeres a las que para muchos, descubre el Nobel. Mujeres que escriben de una forma diferente y que utilizan las letras para contar y dignificar su historia. Singulares creadoras desde el matiz de la serenidad y la capacidad femenina de capturar sentimientos en entornos difíciles y transmitírnoslos.
Las dos me hicieron muy feliz cuando fueron reconocidas. Ya sólo me falta Anne Tyler.
Pero volvamos a Morrison, es su adiós.
Me enamora su obra, su prosa y su mirada.
La belleza de las palabras, la belleza del mestizaje, la belleza de esos regalos que son la vida  la literatura.

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