Director.-
Johan Renck
Intérpretes.-
Jared Harris. Stellan Skarsgard. Emily Watson. Paul Ritter. Jessie Buckley. Robert Emms. Adam Nagaitis. Sam Troughton. Adrian Rawlins. Con O'Neill. Joshua Leese. Ross Amstrong. James Cosmo. Alex Ferns. Ian Pirie. Jay Simpson. Lucy Russell.
HBO
Duración.-
5 capítulos
60' c.u.
En ocasiones tengo la sensación de pertenecer a una generación en la que no se han producido grandes tragedias colectivas.
Sin embargo, cuando repaso las últimas décadas, la realidad constata lo contrario.
Posiblemente seamos la primera generación que ha aprendido a vivir con la distancia suficiente para evitar que este tipo de acontecimientos nos afecten personalmente, a no ser que ocurran muy cerca.
Cuando ocurre, el enemigo exterior se magnifica en su maldad, hasta el punto de convertirlo en una especie de entidad, una fuerza abstracta. Una vez más, la influencia narrativa adaptando la realidad para nuestra mejor comprensión.
Así hemos vivido los atentados de las Torres Gemelas o los Trenes de Atocha, o, lamentablemente, muchas otras.
Sin embargo, ¿ que pasa con Chernobyl?.
Aun recuerdo lo ocurrido. Recuerdo también el oscurantismo que rodeo todo. La imposibilidad de identificar los posibles resultados con algo probable, más allá del campo de la ciencia ficción.
Años después leí Últimos testigos, de Svetlana Alexievich, los desgarradores testimonios de las víctimas.
También, como todos, tuve acceso a las fotografías del paisaje apocalíptico de esas ciudades abandonadas.
Eso era todo. Era una tragedia escondida. Sin público. Ni siquiera tenía misterio porque nada lo tenía en el secretismo gris de lo que ocurría en la URSS que quería hablar de apertura.
Chernobyl serie, cuenta de forma clara lo ocurrido en tres niveles:
Por un lado, está la explicación técnica, la información suficiente para entender lo mínimo necesario, pero sí las responsabilidades.
En segundo lugar, están las víctimas, los seres humanos que sufrieron. Pero también aquellos a los que se sacrificaron conscientemente. En este sentido, la serie, su guion, es modélica a la hora de establecer diferentes referencias y, sirviéndose de unas y otras, dibujar un cuadro plural y muy amplio del efecto de la explosión a largo plazo.
Y por último, está el nivel superior. El gobierno oscurantista. Esos funcionarios sin ningún tipo de piedad y dispuestos a cualquier cosa por el silencio. Esa maquinaria que se supone, que actúa, que da órdenes y que parece moverse sola.
La serie es modélica en su producción y su desarrollo y tristemente apasionante.
Pero lo que para mi la hace grande y terrible es su capacidad para dar la verdadera dimensión a lo sucedido.
Chernobyl es una de las grandes tragedias contemporáneas. Una que cambio el mundo en muchos aspectos y que pudo llegar a ser aun mucho más dañina. Casi una epidemia medieval, capaz de devastar todo a su alrededor. Dibujada con los colores y movimientos dramáticos que la elevan a esa categoría; en este sentido, las escenas de los mineros desnudos trabajando, tiene una clara relación con titanes mitológicos escavando el centro de la tierra.
¿ Como pudo ocurrir?
¿ Como pudo alguien responsabilizarse de la muerte de miles de personas?
¿ Como pudo un país aceptar la irrisoria cifra oficial de víctimas?
Chernobyl se atreve a poner esas y muchas otras preguntas sobre la mesa.
Es una serie fantástica pero además necesaria.
Sin saberlo estuvimos al borde del abismo. Los que nos ayudaron y dieron sus vidas por que no ocurriese, merecen este homenaje.
Los que lo permitieron, merecen nuestra condena.
Chernobyl
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