460 páginas
También disponible en ebook.
¿ Puede la vida resultar apasionante aunque en apariencia no ocurra nada destacable?
La respuesta que parece darnos Elizabeth Jane Howard es que sí, sin duda.
Los años ligeros es la primera novela de una tetralogía que recorre la vida de una familia acomodada inglesa, los Cazalet, desde los años previos a la Segunda Guerra Mundial hasta los años posteriores a esta.
En este caso, son dos veranos, marcados por el encuentro de la mayoría de sus componentes en una casa familiar en el campo.
No sólo los patriarcas y sus tres hijos son protagonistas, sino también sus parientes políticos y nietos. Y de forma más tangencial pero sólida y presente, otros allegados como criados, profesores o amantes.
Lo que se propone la autora, y consigue con matrícula, es algo tan complejo como narrar el devenir cotidiano y otorgarla entidad.
Lo hace mezclando con pericía la descripción física y social del entorno, el perfil psicológico de sus personajes, y las pequeñas acciones que tienen lugar, esto último con la maestría de un delineante, bien se trate de la búsqueda de un gato por un grupo de niños o de una casi violación. Da igual. Todos los sucesos tienen igual importancia y desarrollo y están perfectamente integrados en el conjunto.
Tengo dos sensaciones pictóricas con esta novela:
Por un lado el color. Leo con la vista, imaginando tonos y texturas en un paisaje interior y exterior tan brillante como plural.
Por otro, la finura de un trazo preciso, de un dibujo cuidado y ligero.
Es sorprendente la definición. En un retrato de época que incluye potentes descripciones, lo más lógico era encontrar textos amplios y esponjosos, y sin embargo, nos encontramos con agilidad.
En lo que se refiere a los personajes, no hay juicios, tampoco la cercanía de la ternura, sino la mirada objetiva y comprensiva con la moral de la época.
Esto no evita la dureza de algunas acciones, alguna francamente sórdida y otras sorprendentes para la época. Pero en todos los casos, están perfectamente encajadas, sin detectarse ningún efectismo que rompa la uniformidad general.
Me ha encantado Los años ligeros.
Me sorprende, no sólo la capacidad narrativa de su autora sino también el hecho de que consiga ir pregnando entre sus páginas, sensaciones como la inquietud frente a la próxima contienda bélica, o la madurez que va envolviendo las promesas de futuro. ¿ Como es posible hacer que sintamos lo que no se cuenta de forma directa?.
Por supuesto que continuaré la saga.
Es uno de esos casos en que no puede dejar de sorprenderme que no está considerada como un hito literario de ámbito mundial.
Que bueno haber llegado a conocerlo.
Público
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