Directores.-
Carlos Sedes. Jorge Torregrosa
Intérpretes.-
Javier Rey. Tristán Ulloa. Antonio Durán. Carlos Blanco. Manuel Lourenzo. Xose Antonio Touriñán. Isabel Naveira. Xulio Abonjo. Tamar Novas. Eva Fernández. Monti Castiñeira. Jana Pérez. Alfonso Agra. Cesar Bugallo. Marta Larralde. Chechu Salgado. Iolanta Múñoz. Christian Escuredo. Tito Asorey. Nacho Cataño
Productora.-
Atresmedia
Bambú Producciones.
Duración.-
10 capítulos
60' c.u.
Los que vivimos en cierta época en Galicia, fuimos parte de la impunidad del contrabando de tabaco.
Recuerdo perfectamente, en nuestra adolescencia, acudir a locales donde sin ningún pudor, se pedía directamente eso: winston de contrabando.
Alrededor de este negocio, se lucraban unos clanes que alimentaban la zona de la ría, ofreciendo alternativas más rentables y seguras que salir al mar.
Un escenario propio de esas mafias que se instalan al borde de la legalidad pero con total apoyo y reconocimiento social.
Sito Miñanco es un personaje dramático de primer orden. Un muchacho posiblemente más osado y más inteligente que el resto, o quizás con más hambre y menos paciencia. Capaz de escalar puestos en la pirámide con rapidez y de convertirse pronto en leyenda, creando a su alrededor un vasallaje generoso y exigente.
La historia se complica con los contactos con los colombianos y la llegada de la droga.
Lo que en principio era sólo una fuente de riqueza pronto se convertirá en una epidemia con muchas víctimas, capaz de destrozar una generación y dividir a la sociedad.
Y quienes hasta entonces jugaban en un liga más o menos local, se ven inmersos en un entramado para el que no terminan de estar preparados, donde la codicia es una enfermedad terminal.
El material es excelente para una ficción basada ( muy basada ) en hechos reales.
Hay corrupción y honestidad.
Hay tesón en la lucha por la justicia. Hay desesperación, hay traiciones....
No conozco la serie Narcos pero dudo que pueda ser más gráfica en lo que se refiere a contar como se introduce la droga en Europa utilizando mecanismos logísticos preparados para otro tipo de maniobras. También dudo que tenga un ritmo más potente que Fariña.
Porque esta serie es crónica pero también es thriller, apasionante de principio a fin.
El guion es magnífico. No sólo es capaz de enebrar a la perfección los conflictos, trazados con las historias personales de cada uno. Sino que además dibuja una colección plural de personajes, todos ellos enteros y con su peso específico en la narración.
Porque efectivamente, el principal protagonista es Sito Miñanco, ese émulo gallego de Pablo Escobar al que es difícil no admirar y querer en algunos momentos. Pero no es el único, y a su alrededor vemos maldad y bondad, lucha, desconcierto, basura y grandeza.
Además, la realización es modélica. En una producción rigurosa, tanto las escenas de acción como las que recogen momentos íntimos están rodadas con mano maestra. Las escenas nocturnas con las planeadoras es difícil filmarlas mejor.
Los gallegos estamos bastante cansados de esas representaciones donde los nativos parecen tener acento de monologuista cómico. Uno de los principales logros de Fariña, que puede venir marcado por el hecho de que la mayoría de actores sean autóctonos, es que todos y cada uno suenan a verdad. Al margen de que no hay una sola interpretación que no sea creíble.
Por ponerle un pero, tengo la sensación de que me falta un último capítulo. Me hubiese gustado una mayor precisión en las conclusiones, tener más datos sobre el final de todos ellos.
En cualquier caso, creo que Fariña es una de las mejores series que se han rodado en los últimos años, y ojo que no digo serie española. Es espectacular en fondo y forma.
Público
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