120 páginas
También disponible en ebook.
No sé en que consiste la trascendencia.
He leído obras pequeñas, alabadas por crítica y público, que personalmente me parecieron intrascendentes. Seda de Baricco es para mi el ejemplo más claro.
Sin embargo, no es el tamaño o la tensión narrativa aparente lo que importa. y un buen ejemplo es esta joya.
Una comida en invierno cuenta con sólo 120 páginas y una narrativa sencilla, casi totalmente lineal, más allá de algún recuerdo.
Comienza con tres hombres, quien nos cuenta la historia y dos amigos.
Son soldados acuartelados en el invierno cruel de Polonia, con el objetivo de fusilar a judíos y otros enemigos.
Consiguen que ese día les dejen salir con la justificación de encontrar nuevas víctimas.
La encuentran.
también encuentran una casa donde disfrutar de una accidentada cena para la que tienen que destrozar los pocos muebles existentes. Se les incorpora un polaco con el que nunca llegarán a comunicarse más que para compartir alcohol y alimentos.
Y por supuesto, entre el frío y el hambre, les acompañan las dudas, los sueños y los deseos.
Una comida en invierno es tan sencilla como potente.
Tan dura como carente de efectos.
Posiblemente uno de los alegatos antibélicos que se puede leer.
De alguna manera, un homenaje al ser humano corriente que se ve arrasado por las mareas de la historia.
Público
Comentarios