CINE: LA CENIZA ES EL BLANCO MAS PURO de Jia Zhang Ke

China 2018
Tao Zhao. Liao Fan. Xu Zheng. Casper Liang. Feng Xiaogang. Diao Yinan.

No conozco muchas películas de Jia Zhang Ke, pero hay dos características que encuentro comunes en todas ellas.
Por un lado, el paisaje.
El director es un cronista sobrio de una China en pleno crecimiento, alejada de lo pintoresco y de las grandes capitales, donde un brutal desarrollo urbanístico, convive con los rescoldos de la miseria del régimen comunista.
Esa China inmensa de escenarios infinitos de hormigón cruzada por trenes veloces o lentos.
Esa China llena de rostros cansados en una vida gris, cubierta por cielos donde el sol apenas asoma.
De seres que tienen también a su alrededor inmensa naturaleza, pero que terminarán con sus sentimientos atrapados en una cámara.
No creo que sea un director cómodo en su país.
La segunda característica es su solidez narrativa.
Sus historias se trasladan a la pantalla con firmeza y serenidad, con una mirada directa que observa a sus personajes sin juzgarlos y, sobre todo, que pone mucho más interés en sus silencios que en sus palabras.
En este caso, la narración está a la altura de un Douglas Sirk.
La protagonista es una mujer a la que conocemos como la pareja de un mafioso.
A partir de ahí, y con una estructura perfectamente divisible en tres actos, la acompañamos en una historia de amor imposible, de traiciones y renuncias. 
Una historia donde las cenizas seguirán conservando la pureza del pasado.
Todo funciona a la perfección, pero sobre todo, la grandeza de ese personaje central al que Tao Zhao da vida desde la contención y en una metamorfosis que asoma en su mirada de una forma tan transparente como gráfica.
Su epopeya pasa por la cárcel, la decepción, la decisión de no conformarse con un amor de remplazo, por la tristeza, densa.
Su hermosura es la de una película que sitúa la historia en el espacio. A través de una escena sorprendente ( a menudo en las cintas de este director y que no desvelaré ), se coloca como una más, posiblemente de las muchas que viven los rostros que aquí sólo acompañan pero que podrían ser también merecedores de sus propias narraciones.
Es, en el análisis más complejo, una propuesta donde la modernidad está en el reconocimiento del clasicismo.
En el más simple es una gran historia perfectamente contada.
Cine. Grande. Muy buen cine.

Público 

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