Fundación Mapfre
Madrid
Hasta el 13 de enero de 2019
Recuerdo una conversación sobre el mar, hace tiempo, con una amiga que, como Serrat, había nacido en el Mediterraneo.
Yo soy del Cantábrico.
Para mi el mar es fuerza, lucha, la mitología de los dioses de la guerra.
Para ella el mar era ambiguo, sensual, edénico. Sus habitantes eran los dioses báquicos, sin duda.
Oscuridad frente a luz.
La exposición que nos regala la Fundación Mapfre de alguna manera reafirma la visión que tenía mi amiga.
Pero va mucho más allá.
Porque Redescubriendo el Mediterraneo no habla sólo del mar en si mismo o de las sensaciones que nos produce.
Habla también del mar como espacio geográfico con unas condiciones tanto reales como oníricos que no sólo tiene un significado importante por si mismo sino que también es fuente de inspiración, seña de identidad.
En lo que se refiere a significado, la riqueza de este pequeño océano, ha sido cuna de las más importantes civilizaciones que ha conocido el planeta, todas han bebido de sus aguas pero también han dejado en él sus huellas. Viaje espacial, misterio, ventura, búsqueda, pero también viaje en el tiempo.
Como inspiración, el Mediterraneo empapa las vidas de aquellos que se acercan a sus aguas. Como Arcadia feliz y hedonista, paraíso en la tierra. Como encuentro. Color, brillo, luz. Vegetación selvática. Libertad y poesía.
La exposición organiza una de sus áreas alrededor de varios de los países que tienen costa a este pequeño milagro, Francia, Italia y, como no, España. Personalmente lo que más me gusta de este tipo de muestras es la posibilidad de poder acceder a obras de muchos artistas diferentes. En este sentido, el catálogo de esta incluye para mi descubrimientos como Joaquín Sunyer o Anglada, con genios como Chirico, Picasso, Monet, Matisse.
En lo que se refiere a nuestro país, Sorolla ocupa un lugar especial. Tengo que reconocer que no soy un fan suyo... Hasta hoy. En esta visita me he quedado enamorado de la luz de esta obra con la que cierro este comentario.
Que hermoso viaje por estas salas.
Por el arte, los sueños, las narraciones pintadas.
Por ese lugar que es cierto pero también leyenda.
Público
Madrid
Hasta el 13 de enero de 2019
Recuerdo una conversación sobre el mar, hace tiempo, con una amiga que, como Serrat, había nacido en el Mediterraneo.
Yo soy del Cantábrico.
Para mi el mar es fuerza, lucha, la mitología de los dioses de la guerra.
Para ella el mar era ambiguo, sensual, edénico. Sus habitantes eran los dioses báquicos, sin duda.
Oscuridad frente a luz.
La exposición que nos regala la Fundación Mapfre de alguna manera reafirma la visión que tenía mi amiga.
Pero va mucho más allá.
Porque Redescubriendo el Mediterraneo no habla sólo del mar en si mismo o de las sensaciones que nos produce.
Habla también del mar como espacio geográfico con unas condiciones tanto reales como oníricos que no sólo tiene un significado importante por si mismo sino que también es fuente de inspiración, seña de identidad.
En lo que se refiere a significado, la riqueza de este pequeño océano, ha sido cuna de las más importantes civilizaciones que ha conocido el planeta, todas han bebido de sus aguas pero también han dejado en él sus huellas. Viaje espacial, misterio, ventura, búsqueda, pero también viaje en el tiempo.
Como inspiración, el Mediterraneo empapa las vidas de aquellos que se acercan a sus aguas. Como Arcadia feliz y hedonista, paraíso en la tierra. Como encuentro. Color, brillo, luz. Vegetación selvática. Libertad y poesía.
La exposición organiza una de sus áreas alrededor de varios de los países que tienen costa a este pequeño milagro, Francia, Italia y, como no, España. Personalmente lo que más me gusta de este tipo de muestras es la posibilidad de poder acceder a obras de muchos artistas diferentes. En este sentido, el catálogo de esta incluye para mi descubrimientos como Joaquín Sunyer o Anglada, con genios como Chirico, Picasso, Monet, Matisse.
En lo que se refiere a nuestro país, Sorolla ocupa un lugar especial. Tengo que reconocer que no soy un fan suyo... Hasta hoy. En esta visita me he quedado enamorado de la luz de esta obra con la que cierro este comentario.
Que hermoso viaje por estas salas.
Por el arte, los sueños, las narraciones pintadas.
Por ese lugar que es cierto pero también leyenda.
Público
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