Director.-
Deborah Colter
Chantal Tremblay
Actuaciones.-
Funambulista. Contorsionista. Bailarines y cantantes. Trapecistas. ...
El Circo del Sol ha supuesto una revolución en el mundo del circo, una idea de espectáculo plural, brillante, colorista y musical que ha renovado algo que nunca debería morir.
Entendamos el cambio que supuso más como renovación y homenaje que como ruptura y exigencia.
No hay ningún desprecio hacia aquellos magos de la ilusión que acudían a ciudades de provincias a convertir en exótico un día corriente, a invitarnos a soñar cuando éramos niños. También a invitar a los adultos a recordar que podían seguir siéndolo.
Hay respeto.
Seguramente muchos de los artistas que aquí vemos, hay absorbido su primer deseo de arena sentado en una carpa de lona.
A partir de ahí, han surgido diferentes propuestas en las que la tristeza que a muchos adultos les producía el mundo de las caravanas y los animales fuera de su entorno, ha conservado esa pátina de nostalgia pero convirtiéndose en un lujoso espectáculo actual capaz de llenar grandes cosos.
Como franquicia, el Circo del Sol, mueve diferentes shows al mismo tiempo.
Leo que Ovo ha nacido como propuesta itinerante, posiblemente más ligera, más superficial en su relato, con una mezcla de ingenuidad y alegría que en otras se cubría con una capa más elaborada.
Es fácil entrar encantado en este jardín de insectos algo gamberros, disfrutar de su maravillosa música y sorprenderse con sus números. Porque aunque sea una producción más liviana, no por ello carece de ninguna de sus señas de identidad: profesionalidad, belleza y riesgo.
Gozoso. Vital.
Ovo es a lo mejor una muestra menor, pero de un grupo para los que menor es muy grande.
Viva el circo.
Público
Deborah Colter
Chantal Tremblay
Actuaciones.-
Funambulista. Contorsionista. Bailarines y cantantes. Trapecistas. ...
El Circo del Sol ha supuesto una revolución en el mundo del circo, una idea de espectáculo plural, brillante, colorista y musical que ha renovado algo que nunca debería morir.
Entendamos el cambio que supuso más como renovación y homenaje que como ruptura y exigencia.
No hay ningún desprecio hacia aquellos magos de la ilusión que acudían a ciudades de provincias a convertir en exótico un día corriente, a invitarnos a soñar cuando éramos niños. También a invitar a los adultos a recordar que podían seguir siéndolo.
Hay respeto.
Seguramente muchos de los artistas que aquí vemos, hay absorbido su primer deseo de arena sentado en una carpa de lona.
A partir de ahí, han surgido diferentes propuestas en las que la tristeza que a muchos adultos les producía el mundo de las caravanas y los animales fuera de su entorno, ha conservado esa pátina de nostalgia pero convirtiéndose en un lujoso espectáculo actual capaz de llenar grandes cosos.
Como franquicia, el Circo del Sol, mueve diferentes shows al mismo tiempo.
Leo que Ovo ha nacido como propuesta itinerante, posiblemente más ligera, más superficial en su relato, con una mezcla de ingenuidad y alegría que en otras se cubría con una capa más elaborada.
Es fácil entrar encantado en este jardín de insectos algo gamberros, disfrutar de su maravillosa música y sorprenderse con sus números. Porque aunque sea una producción más liviana, no por ello carece de ninguna de sus señas de identidad: profesionalidad, belleza y riesgo.
Gozoso. Vital.
Ovo es a lo mejor una muestra menor, pero de un grupo para los que menor es muy grande.
Viva el circo.
Público
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