CINE:ENTRE DOS AGUAS de Isaki Lacuesta

España 2018
Israel Gómez Romero. Francisco José Gómez Romero. Oscar Rodríguez. Rocío Rendón. Yolanda Carmona. Lorrein Galea

Antes de nada una aclaración, no he visto La leyenda del tiempo, cinta de la que se supone que Entre dos aguas es una especie de continuación. Quiero señalar que la que ahora comento, funciona a la perfección de forma independiente. Tengo ahora la inquietud de buscar su predecesora, pero no es necesario para disfrutar de la nueva propuesta de Iñaki Lacuesta.
De hecho, me faltan otras películas de la filmografía de este director, pero lo que conozco me interesa y lo define como un creador singular.
Entre dos aguas comienza con la mirada de Israel, verdadero protagonista ( y cuya mirada también cerrará la cinta ), asistiendo al parto de una de sus hijas. Luego regresará a la cárcel.
Mientras pasa en prisión su último año, nosotros conoceremos a su hermano, mucho más centrado, con un trabajo en la Marina, suficiente aunque precario, y la esperanza de abrir algún día una panadería.
Israel sale de su encierro.
Su mujer no está preparada para perdonar.
Y el mundo en el que se mueve no ha cambiado, y si lo ha hecho, ha sido a peor.
La Isla de San Fernando debe de ser uno de los lugares más deprimidos de Europa.
Encontrar un tesoro sería mucho más fácil que encontrar un trabajo decente. La falta de formación deja el futuro reducido a los siguientes diez minutos. Para nosotros, es increíble pensar que alguien pueda vivir en esos lugares sin ser un indigente.
Hay pocas alternativas aparte de la droga.
Esas son las dos aguas entre las que navega este joven exrecluso. Volver al delito, al dinero fácil y al riesgo de perder de nuevo su libertad o luchar por sus hijas, aunque las opciones de avanzar sean prácticamente nulas.
Isaki Lacuesta trabaja en este caso con el material de la realidad. Podría tratarse de un docudrama. En parte lo es, pero está trabajada como una pieza de ficción y existe un desarrollo dramático perfectamente medido.
Es un trabajo muy complejo, no hay nada más difícil que trabajar con la verdad y no perder su esencia. Es gracioso que, una de las formas de conseguirlo por parte del director, sea la ausencia aparente de su mano, y lo digo porque en realidad, hay pocos proyectos tan personales y que impliquen tanto la capacidad de un creador.
Esta es sin duda una película de Iñaki Lacuesta, resultado que tiene la honestidad y la generosidad de compartir con aquellos que se atreven a poner su vida en sus manos. También es una película de estos dos hermanos, sus familiares, sus compañeros.
El reto: nada menos que mostrar la vida.
La pregunta, ¿lo consigue?.
Sí, a la perfección.
La historia parece que más que desarrollarse ocurre. Contemplar las miradas de estas personas, de sus hijas, escucharles, es sentir su miedo, sus pequeñas alegrías, su desconcierto ante la realidad a la que tienen que enfrentarse, asumir la injusticia de que tengan que habitar en ese lugar inhóspito....
Hay mucho en estas dos horas.
Podría charlar horas sobre esta nueva propuesta en la que Isaki Lacuesta demuestra de nuevo que es  capaz de apostar y que el riesgo puede proporcionar los mejores resultados.
Me siento muy cerca de Israel, también de Cheito , espero que sus hijas tengan un futuro mejor del que les tocó a ellos.
y extraigo una lección preciosa, al final, no hay ficción que alcance la belleza de la verdad. Sólo hay que aprender a mirar. Director, gracias por enseñarnos a hacerlo.

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