UK 2018
Viola Davis. Michelle Rodriguez. Elizabeth Debicki. Colin Farrell. Brian Tyree Henry. Daniel Kaluuya. Liam Neeson. Robert Duvall. Cynthia Erivo. Jacki Weaver. Carrie Coon. Jon Bernthal. Andre Holland. Garret Dillahunt. Kevin J O'Connor. Lukas Haas. Manuel Garcia Ruffo
Hay veces que la crítica cinematográfica parte de un problema de ubicación.
Parece que hay que localizar obra con expectativas, bien, esto es lógico cuando se refiere a aspectos de calidad, buena o mala, o de riesgo, por ejemplo, pero menos cuando se encaja en la figura incluso extracinematográfica de su director.
Steve McQueen es un creador audiovisual, reconocido en ferias y galerías. Además, sus primeras películas, Hunger y Shame eran atrevidas en fondo y forma, hasta el punto de ser casi adoptadas por la comunidad artística.
Creo que se aceptó 12 años de esclavitud, tanto por su grandeza como por el carácter reivindicativo de una historia que merecía ser contada, aunque fuese convencional en su modelo narrativo.
Pero era sólo una tregua.
Eso es lo único que explica la tibia acogida de una película tan redonda como Viudas, acusada de ser la muestra definitiva de que su autor se ha rendido al sistema.
La historia la protagonizan tres mujeres. Sus maridos han muerto en un fallido atraco. Unos gansters con ínfulas políticas, les exigen pagar una deuda pendiente de sus parejas. Sólo asumiendo también sus proyectos podrán afrontar entonces el futuro.
Es cine negro.
Pero decir que Steve McQueen se ha rendido a lo fácil y lo manido es totalmente inconsistente.
En primer lugar, creo que es muy importante que en el guion cuente con la colaboración de Gilliam Flynn, novelista autora de obras tan perversas y eficaces como Perdida o Heridas Abiertas. Entre los dos consiguen una narración que se desarrolla a través de sus personajes; tratan con mimo y primeros planos no sólo a las protagonistas ( a las que, sin duda, quieren, de ahí que sea a ellas a las que les permitan usar el humor ) sino también a un buen puñado de secundarios. Los conocemos al detalle y les acompañamos. Para ello, se opta por una lentitud de observación no habitual en el género. Así la propuesta adquiere una densidad serena y tranquila. Y por supuesto, McQueen nos regala una caligrafía capaz de generar imágenes tan magnéticas como la sede de la subasta de automóviles y tan sorprendentes como uno de los trayectos en coche del candidato a concejal con su asesora.
Hay muchas cosas más en Viudas. Tengo la sensación de que, de una forma u otra, en la obra de su autor está siempre el reconocimiento del racismo y de la violencia que anidan en gran parte de nuestra sociedad.
Y por supuesto, también hay un atraco. Porque la propuesta es diferente pero no por ello deja de cumplir con los compromisos del género. Está rodado muy eficazmente pero no es ni mucho menos el núcleo de la historia.
Viudas es muy buen cine, muy bien realizado y muy bien escrito. Especial. Pero en el peor de los casos puede verse como un excelente entretenimiento.
Yo no necesito más para admirar a su director. No necesito coartadas. Sólo buenas obras. Nada menos.
Público
Viola Davis. Michelle Rodriguez. Elizabeth Debicki. Colin Farrell. Brian Tyree Henry. Daniel Kaluuya. Liam Neeson. Robert Duvall. Cynthia Erivo. Jacki Weaver. Carrie Coon. Jon Bernthal. Andre Holland. Garret Dillahunt. Kevin J O'Connor. Lukas Haas. Manuel Garcia Ruffo
Hay veces que la crítica cinematográfica parte de un problema de ubicación.
Parece que hay que localizar obra con expectativas, bien, esto es lógico cuando se refiere a aspectos de calidad, buena o mala, o de riesgo, por ejemplo, pero menos cuando se encaja en la figura incluso extracinematográfica de su director.
Steve McQueen es un creador audiovisual, reconocido en ferias y galerías. Además, sus primeras películas, Hunger y Shame eran atrevidas en fondo y forma, hasta el punto de ser casi adoptadas por la comunidad artística.
Creo que se aceptó 12 años de esclavitud, tanto por su grandeza como por el carácter reivindicativo de una historia que merecía ser contada, aunque fuese convencional en su modelo narrativo.
Pero era sólo una tregua.
Eso es lo único que explica la tibia acogida de una película tan redonda como Viudas, acusada de ser la muestra definitiva de que su autor se ha rendido al sistema.
La historia la protagonizan tres mujeres. Sus maridos han muerto en un fallido atraco. Unos gansters con ínfulas políticas, les exigen pagar una deuda pendiente de sus parejas. Sólo asumiendo también sus proyectos podrán afrontar entonces el futuro.
Es cine negro.
Pero decir que Steve McQueen se ha rendido a lo fácil y lo manido es totalmente inconsistente.
En primer lugar, creo que es muy importante que en el guion cuente con la colaboración de Gilliam Flynn, novelista autora de obras tan perversas y eficaces como Perdida o Heridas Abiertas. Entre los dos consiguen una narración que se desarrolla a través de sus personajes; tratan con mimo y primeros planos no sólo a las protagonistas ( a las que, sin duda, quieren, de ahí que sea a ellas a las que les permitan usar el humor ) sino también a un buen puñado de secundarios. Los conocemos al detalle y les acompañamos. Para ello, se opta por una lentitud de observación no habitual en el género. Así la propuesta adquiere una densidad serena y tranquila. Y por supuesto, McQueen nos regala una caligrafía capaz de generar imágenes tan magnéticas como la sede de la subasta de automóviles y tan sorprendentes como uno de los trayectos en coche del candidato a concejal con su asesora.
Hay muchas cosas más en Viudas. Tengo la sensación de que, de una forma u otra, en la obra de su autor está siempre el reconocimiento del racismo y de la violencia que anidan en gran parte de nuestra sociedad.
Y por supuesto, también hay un atraco. Porque la propuesta es diferente pero no por ello deja de cumplir con los compromisos del género. Está rodado muy eficazmente pero no es ni mucho menos el núcleo de la historia.
Viudas es muy buen cine, muy bien realizado y muy bien escrito. Especial. Pero en el peor de los casos puede verse como un excelente entretenimiento.
Yo no necesito más para admirar a su director. No necesito coartadas. Sólo buenas obras. Nada menos.
Público
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