CINE: EL REVERENDO de Paul Schrader

USA 2018
Ethan Hawke. Amanda Seyfried. Michael Gaston. Cedric the Entertainer. Victoria Hill. Phillip Ettinger. Bill Hoag. Michael Metta. Frank Rodriguez. Mahaleia Grey. Elanna White. Satchel Eden Bell. Joseph Anthony Jerez.

Schrader, guionista de Taxi Driver para la historia del cine, será siempre considerado un creador de personajes atormentados que, de algún modo, representan, al parecer, su necesidad de trasladar a la ficción su ansiedad, sus dudas entre un sentimiento religioso cargado de silencio y una culpa innata frente a la aceptación pasiva del mundo que le rodea.
En ese catálogo, el Reverendo Tossler ocupará un lugar de honor.
Esta vez su vinculación con ese Dios que parece indiferente ante la crueldad, que parece exigente cuando de verdad nos atrevemos a una lectura profunda de su palabra, es plena. Él es el refugio donde nuestro protagonista, henchido de dolor, ha decidido que puede sobrevivir con cierta dignidad.
Hasta que un dolor ajeno y una reacción que no sabe si calificar de valentía, locura o responsabilidad, le hace enfrentarse con la superficialidad de su compromiso.
Enfrentarse a un caso radical de su activismo será un detonante para su conciencia.
A partir de ahí, y alrededor de este personaje complejo, se desarrolla una historia interior, un viaje que parece oscuro pero en el que asomará la luz, donde se nos lleva a compartir sus propias dudas, si la religión puede estar al margen de la realidad, sobre si no hay misticismo más fuerte que lo humano,  sobre cual fue el verdadero mensaje de Cristo, sobre si, siendo siempre pecadores, seremos siempre merecedores del perdón....
El Reverendo es una película densa, con un contenido que cada uno puede interpretar.
No encuentro emoción, encuentro una frialdad que apela directamente a nuestra razón, a la necesidad de abrir los ojos.
Otra cosa es la caligrafía que utiliza el director para contarla.
Todas las críticas hacen referencia a la utilización mimética de Bresson y Bergman.
Es cierto.
Y no me parece mal recurrir con esa transparencia a los maestros, pero siempre es un riesgo no estar a la altura. Lo está. En su austeridad y su geometría, en su reposo y sus silencios. Y en dotar todo esto, que podría sonar artificial, de una coherencia absoluta con el contenido.
Aspera, El Reverendo no es cine fácil ni cómodo. Para hacerlo aun más radical, nos encontramos con dos escenas al borde de lo imposible: una absolutamente new age y otra ya al final, casi gore. Pues bien, no me rompen. Estoy dentro de este desafío y dispuesto a aceptar el viaje, como me lo proponga su creador. Seguramente porque en ocasiones comparto sus dudas, sus miedos, porque ambos compartimos el dolor y el gozo de ser humanos.
Ethan Hawke. Desde su aparición en El Club de los Poetas Muertos, creo que es un actor excelente a quien tuve también la ocasión de ver en teatro con The Bridge Project, en papeles totalmente diferentes a este. Aquí es responsable de una creación tan epidérmica que es imposible que no duela. Espero que se le reconozca.

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