EXPOSICIÖN: YOKAI: ICONOGRAFÍA DE LO FANTÁSTICO


El Desfile Nocturno de los Cien Demonios como génesis de la imagen sobrenatural en Japón.
Comisario.-
Koichi Yumoto
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.- Madrid
Hasta el 16 de septiembre.

Hay muchas cosas que me divierten en esta exposición.
Por un lado, su estética, por supuesto. La precisión y la delicadeza del dibujo, su movimiento, la sutileza de los colores.
Pero sobre todo, la explosión de imaginación que representan.
Según nos explican en los textos que acompañan la muestra ( claros y ordenados, como siempre debería de ser ), los Yokai eran la representación de todos aquellos fenómenos negativos que no se podían explicar con la razón, y que incluían desde acciones de la naturaleza a epidemias y enfermedades.
Se materializaban en unos personajes grotescos y variados, plurales en su fisonomía. Pero lo que me parece más significativo es que dentro de su fealdad generaban cierta simpatía, ternura incluso. No en vano, de estos rollos narrativos, pequeños tebeos de época, antecedentes del comic, se derivaron posteriormente muchos de los trazos que acompañan a la animación japonesa.
Y eso es otra de las cosas que me divierten:
Un arte antiguo, un referente cultural, fruto de los tiempos en que el arte era una forma de expresar el mundo, acompaña a una sociedad implantándose en otros ámbitos que, aun pareciendo más superficiales, cuentan con similares objetivos, entretener, narrar, interpretar, darle otra dimensión a la realidad.
Estas figuras  sus aventuras, son sin duda los abuelos del manga. Los niños de hoy en día tienen la suerte de poder jugar con materiales surgidos de la tradición.
Voy a hacer ahora un comparativo difícil y que puede sonar a disgresión, lo sé:
En la Real Academia de San Fernando, edificio por el que tengo especial admiración y que acoge esta exposición, se encuentra el Gabinete de Goya ( algo que nadie debería dejar de visitar ). Allí se muestran gran parte de sus grabados, propiedad de Cartografía Nacional.
Visitando algunas de las terribles estampas de este autor, especialmente Los Desastres de la Guerra, tengo la misma sensación. Y es que esas imágenes que mezclan la expresión más feroz con un realismo tan brutal que se acerca al surrealismo, veo muchas de las sombras que la fotografía periodística utiliza hoy en día para mostrar las peores caras de este mundo.
Aunque existan grandes diferencias, creo que es importante ser conscientes de que el arte, que siempre nace de la sociedad que lo crea, no es un componente ajeno ni estéril, sino inmerso en nuestras vidas, con las que va a evolucionar, convirtiéndose en otra forma de narrar nuestra época y de relacionarla con las siguientes.
Volviendo a los Yokai, es divertido, vital, curioso, meterse en este recorrido que nos presenta una cara divertida de un Japón cuya propaganda al exterior, en mi opinión, había pecado siempre de una excesiva seriedad.
El arte también nos cuenta lo grande que es el Mundo, en tiempo y en espacio, y todo lo que tiene para ofrecernos.

Público

 

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