UK 2016
Brandt Television/ BBC
Director,.
Craig Viveiros
Intérpretes.-
Tim Roth. Samantha Morton. Nico Mirallegro. Jodie Corner. Christopher Hatherall. Sarah Quintrell. Chris Reilly. Elry Thomas
Duración.-
3 capítulos
60' c.u.
Disponible en Filmin.
Francamente el catálogo de sucesos oscuros que se han producido en Gran Bretaña en el último siglo, asusta. Si a ello añadimos la inventiva gótica que, sin duda, tiene su origen entre la densa niebla y la moral difusa y de doble cara, el resultado es un caudal inmenso para miniseries y otras propuestas de entretenimiento audiovisuales que parecen no tener límites.
Bueno, cualquier reclamo turístico es válido y como marca país ha habido propuestas peores. A fin de cuentas, todos hemos visitado alguna vez la casa del terror.
Pero centrémonos en el caso que nos ocupa.
El estrangulador de Rillington Place, que ya dio lugar a un largometraje en 1971, es sin duda uno de esos casos de maldad difícilmente comprensibles: un hombre mediocre, pero que había llegado a servir en la Primera Guerra Mundial y, posteriormente, formar parte del cuerpo de policía, resulto ser un asesino en serie capaz de incluir en su lista de víctimas a un bebé y a su mujer cuando se vio amenazado por ella. También de confundir a la justicia hasta ser responsable del ahorcamiento de un inocente.
Podría haber algún episodio previo que avisase de ciertas anomalías en su caràcter pero nunca hasta ese nivel de monstruosidad, Sorprende también la poca visión a largo plazo de la posibilidad de que sus enterramientos permaneciesen ocultos,
Es decir, hay en este hombre una maldad casi ilimitada, totalmente carente de cualquier signo de empatía, pero esto parece convivir o bien con una falta de inteligencia natural o con una indiferencia por ser apresado.
Complejo por lo tanto, como siempre lo son este tipo de personajes y complejos aquellos que viven a su alrededor y de quienes nunca llegamos a estar seguros de su nivel de implcación y conocimiento.
La serie de la BBC, cuenta, como cualquier realización británica, con una producción muy cuidada, en este caso, teñida por una textura oscura y muy volcada en interiores.
Hay que añadir un guión preciso, muy bien estructurado en tres visiones diferentes de tres personajes: primero la mujer del asesino, luego su víctima más contundente y, finalmente, el monstruo.
La propuesta, consigue acumular toda su sordidez y su oscuridad, toda la tensión y el miedo. Pero en ningún caso entra en el perfil de los personajes ni intenta dar explicaciones a sus comportamientos. Digamos que consigue trasladar un cuadro muy detallista y preciso pero posiblemente sin profundidad.
Lo que convierte en potente el producto es, por un lado, la textura visual y sonora conseguida por otro, fundamentalmente, el nivel de las interpretaciones. Dentro de un logradísimo tono general, las creaciones de Tim Roth y Samantha Morton son grandes en su complejidad y su contención, en su capacidad de trasladar el infierno y el dolor.
No es fácil asomarse al horror.
Por eso cualquier propuesta respetuosa es admirable y esta, aunque pueda faltarle fondo, está por encima de las cuotas exigibles de calidad en fondo y contenido.
Consigue sobrecogernos y confundirnos. Algo que sin duda, consiguió el propio estragulador.
Público
Brandt Television/ BBC
Director,.
Craig Viveiros
Intérpretes.-
Tim Roth. Samantha Morton. Nico Mirallegro. Jodie Corner. Christopher Hatherall. Sarah Quintrell. Chris Reilly. Elry Thomas
Duración.-
3 capítulos
60' c.u.
Disponible en Filmin.
Francamente el catálogo de sucesos oscuros que se han producido en Gran Bretaña en el último siglo, asusta. Si a ello añadimos la inventiva gótica que, sin duda, tiene su origen entre la densa niebla y la moral difusa y de doble cara, el resultado es un caudal inmenso para miniseries y otras propuestas de entretenimiento audiovisuales que parecen no tener límites.
Bueno, cualquier reclamo turístico es válido y como marca país ha habido propuestas peores. A fin de cuentas, todos hemos visitado alguna vez la casa del terror.
Pero centrémonos en el caso que nos ocupa.
El estrangulador de Rillington Place, que ya dio lugar a un largometraje en 1971, es sin duda uno de esos casos de maldad difícilmente comprensibles: un hombre mediocre, pero que había llegado a servir en la Primera Guerra Mundial y, posteriormente, formar parte del cuerpo de policía, resulto ser un asesino en serie capaz de incluir en su lista de víctimas a un bebé y a su mujer cuando se vio amenazado por ella. También de confundir a la justicia hasta ser responsable del ahorcamiento de un inocente.
Podría haber algún episodio previo que avisase de ciertas anomalías en su caràcter pero nunca hasta ese nivel de monstruosidad, Sorprende también la poca visión a largo plazo de la posibilidad de que sus enterramientos permaneciesen ocultos,
Es decir, hay en este hombre una maldad casi ilimitada, totalmente carente de cualquier signo de empatía, pero esto parece convivir o bien con una falta de inteligencia natural o con una indiferencia por ser apresado.
Complejo por lo tanto, como siempre lo son este tipo de personajes y complejos aquellos que viven a su alrededor y de quienes nunca llegamos a estar seguros de su nivel de implcación y conocimiento.
La serie de la BBC, cuenta, como cualquier realización británica, con una producción muy cuidada, en este caso, teñida por una textura oscura y muy volcada en interiores.
Hay que añadir un guión preciso, muy bien estructurado en tres visiones diferentes de tres personajes: primero la mujer del asesino, luego su víctima más contundente y, finalmente, el monstruo.
La propuesta, consigue acumular toda su sordidez y su oscuridad, toda la tensión y el miedo. Pero en ningún caso entra en el perfil de los personajes ni intenta dar explicaciones a sus comportamientos. Digamos que consigue trasladar un cuadro muy detallista y preciso pero posiblemente sin profundidad.
Lo que convierte en potente el producto es, por un lado, la textura visual y sonora conseguida por otro, fundamentalmente, el nivel de las interpretaciones. Dentro de un logradísimo tono general, las creaciones de Tim Roth y Samantha Morton son grandes en su complejidad y su contención, en su capacidad de trasladar el infierno y el dolor.
No es fácil asomarse al horror.
Por eso cualquier propuesta respetuosa es admirable y esta, aunque pueda faltarle fondo, está por encima de las cuotas exigibles de calidad en fondo y contenido.
Consigue sobrecogernos y confundirnos. Algo que sin duda, consiguió el propio estragulador.
Público
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