CINE: TIERRA DE DIOS de Francis Lee

UK. 2017
Josh O'Connor. Alec Secareanu. Gemma Jones. Ian Hart. Harry Lister Smith. Melanie Kilburn. Liam Thomas. Patsy Ferran. Moey Hassan.

Tengo con esta alabada película el mismo problema que en su día encontré en Broadback Mountain, otra cinta sobre una historia de amor homosexual en un entorno en principio ajeno a estas narraciones.
En esta ocasión, en la aridez de una granja en Yorkshire., alejada de cualquier idea idílica de la naturaleza.
En ambos casos, el paisaje moralmente oscuro, no parecía posibilitar la existencia de la relación frente a la clara agresividad exterior ante todo aquello que se saliese de la norma.
Sin embargo, pasaba en aquella y pasa en esta, el inicio sexual sorprende en su aparente facilidad y existen ciertos comportamientos contrarios al miedo que deberían de sentir sus protagonistas.
Aquí, hay incluso un encuentro con un tercero, casi al inicio, que apenas necesita un breve contacto visual para realizarse, pareciendo que tiene lugar en un  bar gay y no, como es el caso, en un comedor poblado por toscos granjeros.
También hay un beso final en un espacio abierto,. No es fácil creer que los protagonistas se lancen a ello sin miedo a ser vistos.
Todo ello, como me ocurría con el beso del reencuentro en Broadback Mountain ( tan osado que lo contemplada la esposa de uno de ellos ), me hace patinar la credibilidad.
Entiendo y valoro el intento de normalizar y de darle a estas historias su derecho al romanticismo y la ternura, pero no creo que ayude, o a mi no me ayuda, a percibir realmente la historia.
Aun así, la verdad es que ( igual que ocurría también con la cinta de Ang Lee ) hay mucho de muy bueno en esta película.
Por un lado, sin duda el hecho de extraer la belleza de un paisaje grande y cruel sin, en ningún caso, hacer concesiones turísticas.
Y por otro, y esto sí me parece muy importante, trasladar la necesidad de encontrar, de tocar, de sentir, más allá del género o de la necesidad sexual. El director es capaz de hacer palpable el corazón del ser humano como el de un animal que precisa de contacto. Es en esta línea donde encuentro las mejores escenas, donde verdaderamente me toca e incluso llega a emocionarme. La evolución del personaje principal es el fiel reflejo de este descubrimiento que le destroza al tiempo que le hace crecer.
Creo que, en este sentido, la historia de amor de los dos protagonistas, tiene mucho de apoyo mutuo, de camaradería. De haber conseguido mutar la necesidad de sexo por la necesidad de cariño, de un abrazo, de un gesto, de una mirada.
Tierra de Dios es la ópera prima de su director que, sin duda, demuestra una inteligente sensibilidad y un buen pulso cinematográfico, también paciencia y delicadeza.
Ha conseguido un importante número de alabanzas. Sin hacerle de menos,  (ya he dicho que tiene mucho que me gusta ), creo que en esas valoraciones ha tenido que ver el contrate, ya citado, entre temática y entorno.
Aun así, no sería justo calificarla de película coartada.
Además, la visibilidad de cualquier conducta que sólo pretenda que se acepte cualquier forma de amar, me parece necesaria.
Buen cine por lo tanto, algo sobrevalorado en ese desequilibrio entre, posiblemente, el amor del director por sus protagonistas y la realidad que nos pretende mostrar.Pero capaz de sorprender y de regalar imágenes para recordar.
Yo también les deseo a los dos que tengan mucha suerte. Sin duda lo merecen.

Público

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