Salamandra
544 páginas
También disponible en ebook.
Abruma leer las recomendaciones de esta novela.
El prólogo, no recuerdo firmado por quien , habla de ella como la mejor novela de género negro escrita en los últimos años.
No he leído, en resumen, que nadie se haya sentido decepcionado.
Voy a ser el primero.
Como otras veces, aclaro la subjetividad de este comentario que no pretende ser una crítica académica. Siempre pueden influir circunstancias externas y tal vez este libro necesite mayor concentración de la que yo tengo en estos días.
En cualquier caso, sólo mi disciplina, y cierta curiosidad , me ha llevado a acabarlo. Y es que , tengo la sensación, mi interés por lo narrado no está en equilibrio con aquello que pretende contar su autor.
Vayamos por partes.
Bajo los montes de Kolima es realmente una novela de espionaje y aventuras, con algún toque de ciencia ficción. No género negro al uso. Desde el inicio, como cualquier historia de este tipo, se exige una confianza en lo que se cuenta ( rocambolescos sistemas de comunicación, personajes increibles en su devenir... ) y yo acepto ese paso. Ahí, en esos primeros capítulos, consigue engancharme , tanto por la posibilidad de que lo que ocurre en un centro de investigación escondido en Siberia sea apasionante, como por la personalidad de un protagonista totémico y lleno de esquinas.
La primera parte de la epopeya, en el barco, también responde a lo esperado, todavía hay una integración posible entre la expectativa y lo que se cuenta.
Sin embargo, es a mitad del metraje, cuando comienza el cansancio.
Por un lado, toda la información me traslada la misma sensación que la nieve que asola el lugar: sepulta trama y personajes ante infinidad de datos y peripecias. Por otro, el secreto escondido, no está a la altura de lo esperado ( la exigencia de confianza es ya excesiva ) y además el autor no tarda en apartarla a un lado, más interesado en la aventura del hombre solo.
Existe una construcción correcta, una buena descripción de paisajes, buen uso de las diferencias étnicas ( aunque en esa fase yo ya había comenzado la lectura vertical), pero también una historia de amor tan poco creíble que me resulta un poco vergonzosa.
Y además, algo que impregna todas las páginas , hay una absoluta carencia de cualquier atisbo de humor o ironía.
Lo dicho: está claro que no comparto las alabanzas.
Bajo los montes de Kolima está muy lejos de parecerme una obra maestra pero es que ni siquiera me ha entretenido.
Los misterios del gusto personal de cualquiera son siempre insondables.... Está claro.
Público
544 páginas
También disponible en ebook.
Abruma leer las recomendaciones de esta novela.
El prólogo, no recuerdo firmado por quien , habla de ella como la mejor novela de género negro escrita en los últimos años.
No he leído, en resumen, que nadie se haya sentido decepcionado.
Voy a ser el primero.
Como otras veces, aclaro la subjetividad de este comentario que no pretende ser una crítica académica. Siempre pueden influir circunstancias externas y tal vez este libro necesite mayor concentración de la que yo tengo en estos días.
En cualquier caso, sólo mi disciplina, y cierta curiosidad , me ha llevado a acabarlo. Y es que , tengo la sensación, mi interés por lo narrado no está en equilibrio con aquello que pretende contar su autor.
Vayamos por partes.
Bajo los montes de Kolima es realmente una novela de espionaje y aventuras, con algún toque de ciencia ficción. No género negro al uso. Desde el inicio, como cualquier historia de este tipo, se exige una confianza en lo que se cuenta ( rocambolescos sistemas de comunicación, personajes increibles en su devenir... ) y yo acepto ese paso. Ahí, en esos primeros capítulos, consigue engancharme , tanto por la posibilidad de que lo que ocurre en un centro de investigación escondido en Siberia sea apasionante, como por la personalidad de un protagonista totémico y lleno de esquinas.
La primera parte de la epopeya, en el barco, también responde a lo esperado, todavía hay una integración posible entre la expectativa y lo que se cuenta.
Sin embargo, es a mitad del metraje, cuando comienza el cansancio.
Por un lado, toda la información me traslada la misma sensación que la nieve que asola el lugar: sepulta trama y personajes ante infinidad de datos y peripecias. Por otro, el secreto escondido, no está a la altura de lo esperado ( la exigencia de confianza es ya excesiva ) y además el autor no tarda en apartarla a un lado, más interesado en la aventura del hombre solo.
Existe una construcción correcta, una buena descripción de paisajes, buen uso de las diferencias étnicas ( aunque en esa fase yo ya había comenzado la lectura vertical), pero también una historia de amor tan poco creíble que me resulta un poco vergonzosa.
Y además, algo que impregna todas las páginas , hay una absoluta carencia de cualquier atisbo de humor o ironía.
Lo dicho: está claro que no comparto las alabanzas.
Bajo los montes de Kolima está muy lejos de parecerme una obra maestra pero es que ni siquiera me ha entretenido.
Los misterios del gusto personal de cualquiera son siempre insondables.... Está claro.
Público
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