Planeta de Libros
970 páginas
También disponible en ebook.
Tras mucho pensar, he eliminado la palabra novela del título de esta entrada.
Tampoco lo he sustituido, como he hecho alguna otra vez, por ensayo, ensayo histórico en este caso.
Finalmente me he limitado a algo mucho más genérico y posiblemente más abstracto: historia.
Porque Los Romanov no es , en ningún caso una novela, ni tampoco un ensayo que intenta dirimir las razones de lo que ocurrió.
Es todo eso y al mismo tiempo algo diferente. Una crónica donde los datos no se enumeran sino que se narran, y una reflexión donde no se pretende llegar a conclusiones, a sabiendas de que es imposible encontrar la verdad desde el futuro.
Pero sobre todo, Los Romanov es un empeño titánico y conseguido.
Ya nos lo dice el "apellido" del título: 1613-1918. Nada menos que trescientos años. El tema se complica, ya que durante esos tres siglos y en la dinastía que nos ocupa, hubo personajes como Pedro El Grande, la Zarina Catalina, la pareja formada por Nicolas y Alejandra o Rasputín. Pero no sólo eso, este enorme libro, nos descubre muchos más, menos conocidos, posiblemente menos "mediáticos", pero tan importantes como ellos en el desarrollo de este magno país, brutal en su extensión y en una cultura rica y emocional, capaz de conjugar la mayor miseria con un incomparable derroche, Rusia.
No es fácil la lectura de esta obra.
Pero sí apasionante.
Es impresionante la cantidad de fuentes que utiliza su autor y el número ingente de personajes que pueblan esta narración. También los datos y hechos. No es fácil transitar un libro en el que cada dos páginas habría material suficiente para una novela al uso, sin caer en cierto rechazo por lo enciclopédico.
Es verdad que se siente algo así en las primeras páginas.
El autor ayuda con una estructura muy sistematizada por capítulos y cada uno de ellos con su listado de personajes. Aun así, no es fácil evitar la sensación de perderse en la maraña. Creo que lo más sencillo es entender lo complejo de asimilar todo y quedarse con la línea troncal de la familia, asumiendo todo lo demás en la medida en la que afecta a su devenir.
Yo así lo hice y no tardé en sentirme atrapado por lo inconmensurable de lo que cuenta, por la vastedad de espacio y tiempo, y por la riqueza de sus protagonistas, una casta de hombres y mujeres que llegaron a creerse dioses y que, durante más de trescientos años tuvieron en sus manos, con una total libertad de decisión, los destinos de un país inmenso, es decir, los destinos de millones de seres humanos.
Desde la brutalidad de los primeros tiempos hasta lo refinado de las últimas generaciones, es sorprendente establecer esa clara conexión , esa base sin duda genética, que los convierte en ambiciosos, despiadados, seguros de su autoridad y de su derecho divino. Su grandeza, no siempre merecida por sus condiciones para gobernar ni por su comportamiento, parece estar inmersa en una fe que tiene mucho de leyenda y de superstición y que estaba claramente inoculada en todos ellos desde su nacimiento. Este libro consigue transmitir esa condición no del todo definible pero si aceptada y relevante.
Como escenario,también contemplar a un país que, equivocadamente o no, consiguió avanzar desde la incuestionable servidumbre hasta la revolución. Y una Europa encaminada hacia sus dos guerras brutales, para avanzar hacia la historia moderna y superar siglos en los que sus conflictos eran los conflictos familiares de una serie de anacrónicas monarquías.
Montefiore es capaz de manejar toda la información con maestría para no aburrir, no acogotar, y al mismo tiempo, no ceder terreno a la especulación ni la superficialidad.
El resultado, ya lo he dicho, apasionante.
También repito que no es fácil la lectura de un libro de esta magnitud, y no lo digo sólo por el tamaño, sino también por el contenido, pero en cualquier caso, es un esfuerzo y una disciplina que se ven sobradamente recompensados.
Público
970 páginas
También disponible en ebook.
Tras mucho pensar, he eliminado la palabra novela del título de esta entrada.
Tampoco lo he sustituido, como he hecho alguna otra vez, por ensayo, ensayo histórico en este caso.
Finalmente me he limitado a algo mucho más genérico y posiblemente más abstracto: historia.
Porque Los Romanov no es , en ningún caso una novela, ni tampoco un ensayo que intenta dirimir las razones de lo que ocurrió.
Es todo eso y al mismo tiempo algo diferente. Una crónica donde los datos no se enumeran sino que se narran, y una reflexión donde no se pretende llegar a conclusiones, a sabiendas de que es imposible encontrar la verdad desde el futuro.
Pero sobre todo, Los Romanov es un empeño titánico y conseguido.
Ya nos lo dice el "apellido" del título: 1613-1918. Nada menos que trescientos años. El tema se complica, ya que durante esos tres siglos y en la dinastía que nos ocupa, hubo personajes como Pedro El Grande, la Zarina Catalina, la pareja formada por Nicolas y Alejandra o Rasputín. Pero no sólo eso, este enorme libro, nos descubre muchos más, menos conocidos, posiblemente menos "mediáticos", pero tan importantes como ellos en el desarrollo de este magno país, brutal en su extensión y en una cultura rica y emocional, capaz de conjugar la mayor miseria con un incomparable derroche, Rusia.
No es fácil la lectura de esta obra.
Pero sí apasionante.
Es impresionante la cantidad de fuentes que utiliza su autor y el número ingente de personajes que pueblan esta narración. También los datos y hechos. No es fácil transitar un libro en el que cada dos páginas habría material suficiente para una novela al uso, sin caer en cierto rechazo por lo enciclopédico.
Es verdad que se siente algo así en las primeras páginas.
El autor ayuda con una estructura muy sistematizada por capítulos y cada uno de ellos con su listado de personajes. Aun así, no es fácil evitar la sensación de perderse en la maraña. Creo que lo más sencillo es entender lo complejo de asimilar todo y quedarse con la línea troncal de la familia, asumiendo todo lo demás en la medida en la que afecta a su devenir.
Yo así lo hice y no tardé en sentirme atrapado por lo inconmensurable de lo que cuenta, por la vastedad de espacio y tiempo, y por la riqueza de sus protagonistas, una casta de hombres y mujeres que llegaron a creerse dioses y que, durante más de trescientos años tuvieron en sus manos, con una total libertad de decisión, los destinos de un país inmenso, es decir, los destinos de millones de seres humanos.
Desde la brutalidad de los primeros tiempos hasta lo refinado de las últimas generaciones, es sorprendente establecer esa clara conexión , esa base sin duda genética, que los convierte en ambiciosos, despiadados, seguros de su autoridad y de su derecho divino. Su grandeza, no siempre merecida por sus condiciones para gobernar ni por su comportamiento, parece estar inmersa en una fe que tiene mucho de leyenda y de superstición y que estaba claramente inoculada en todos ellos desde su nacimiento. Este libro consigue transmitir esa condición no del todo definible pero si aceptada y relevante.
Como escenario,también contemplar a un país que, equivocadamente o no, consiguió avanzar desde la incuestionable servidumbre hasta la revolución. Y una Europa encaminada hacia sus dos guerras brutales, para avanzar hacia la historia moderna y superar siglos en los que sus conflictos eran los conflictos familiares de una serie de anacrónicas monarquías.
Montefiore es capaz de manejar toda la información con maestría para no aburrir, no acogotar, y al mismo tiempo, no ceder terreno a la especulación ni la superficialidad.
El resultado, ya lo he dicho, apasionante.
También repito que no es fácil la lectura de un libro de esta magnitud, y no lo digo sólo por el tamaño, sino también por el contenido, pero en cualquier caso, es un esfuerzo y una disciplina que se ven sobradamente recompensados.
Público
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