CINE: BIRDMAN ( O LA INESPERADA VIRTUD DE LA IGNORANCIA ) de Alejandro González Iñárritu

USA 2014
Michael Keaton. Edward Norton. Zach Galifianakis. Naomi Watts. Andrea Riseborough. Amy Ryan. Emma Stone. Lindsay Duncan

Pero ¿ alguien podía esperarse esto?.
Las tres primeras películas de Iñárritu, los puzzles creados en tándem con Arriaga como guionista, eran una muestra casi demasiado repetitiva de hacer cine, a pesar de sus indudables valores.
No vi Biutiful, pero todas las referencias hablan de hiperrealismo extremo, de un drama absolutamente desolador.
¿ Quien podía imaginar que su siguiente película iba a ser una especie de comedia surrealista con mucho de demencial, una libertad absoluta en su planteamiento y capaz de producir una fascinación difícil de definir?.
¿ Alguien de verdad creía que Iñárritu tenía sentido del humor e imaginación?.
Pues tiene, y si nos atenemos a Birdman, por toneladas.
Para ser claros: esta película habría sorprendido viniese de quien viniese, en el caso de Iñárritu la sorpresa se multiplica por mil.
El argumento no está lejos de Eva al Desnudo o incluso de Lo Importante es Amar, dos dramas sobre el mundo del teatro. Un actor que en su día fue una figura muy conocida debido a su interpretación de un superhéroe, quiere recobrar su prestigio apostando por el teatro,  adaptando, produciendo, dirigiendo y protagonizando un drama "serio" basado en un cuento de Raymond Carver. A partir de ahí, con él como centro pero atendiendo también al microcosmos que orbita a su alrededor, nos encontramos con una narración riquísima que posee cientos de capas. Habla del éxito y el fracaso, de la superficialidad de la fama y su volatilidad, de la necesidad de sentirse querido y de la confusión del amor con la admiración. También de la cultura y el posible debate entre la cultura de masas y la elitista. De la envidia, los celos, la mediocridad, la competencia desleal, los amores fracasados....
Y todo ello, con un guión perfecto en su estructura y sus múltiples detalles que además se atreve a trabajar también el nivel de la fantasía, una fantasía que me gustaría definir como surrealismo ya que no pretende subrayados sino dejar vías abiertas a la interpretación del espectador y que , si en algún momento ha dado la sensación de que todo sonaba a conocido, lanza la historia a galaxias inexploradas..
¿Se pueden encajar todas esas piezas?. Pues se puede, pero para ello es necesario arriesgar mucho y asumir que la obra resultante será totalmente singular.
Tal vez parte de la alquimia esté en la caligrafía, también absolutamente rompedora, por la que opta el director, ese trampantojo de plano secuencia único que nos transmite la sensación de una imparable montaña rusa, física y emocional. Es como si nos estuviesen golpeando constantemente con una catarata de imágenes sin fin.
El caso es que no he sido consciente de que lo que estaba viendo era una comedia hasta que salí del cine y recordé lo gozoso de la experiencia, su sensibilidad y su inteligencia, algo que puede dar como resultado un sentido del humor maravilloso y cálido, lúcido y brillante, pero que también esta lleno de emoción y de momentos delicados, llenos de alma .
De lo que sí fui consciente durante toda la proyección es de estar presenciando una interpretación genial de Michael Keaton, un actor al que personalmente nunca consideré menor, pero tampoco capaz de esta grandeza. También de esa banda sonora que se pega como la piel al desarrollo de la trama, con una batería que el director tiene la genialidad de mostrarnos fugazmente en el último tramo.
En definitiva, se puede cuestionar si Bridman es una obra maestra ( para mi prácticamente lo es ), pero no su singularidad, su capacidad para sorprender y el nivel de experiencia que produce, así como el riesgo que asume su director y su coherencia al mantener el reto hasta el final. No en vano, creo que , en todos sus aspectos, es una de las películas más elaboradas que recuerdo.
A veces el cine hace estos regalos.
Y me pregunto ¿ que nos traerá Iñárritu después?.

Público

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