USA. 2014
Matthew Mcconaughey. Anne Hathaway. Jessica Chastain. Michael Caine. Jonh Lithgood. Mat Damon. Casey Affleck. Wes Bentley
A estas alturas , nadie puede dudar de la capacidad de Nolan como director para manejar grandes materiales, ni , por supuesto, de su ambición.
El que se descubrió para la mayoría con ese thriller rompecabezas que fue Memento, ha avanzado en la escala de producción de Hollywood , pasando incluso por una trilogía de superhéroe, hasta convertirse ya en un referente para los taquillazos de calidad.
Y es que , hay que decirlo, algo que arrastra desde el origen antes citado, es que no es un escritor/ director dado a ponérselo fácil al espectador, sino al contrario, le exige toda su atención incluso en aquello que parecen meros entretenimientos de género.
Nolan jugo en Origen con el sueño, creando una estructura de muñecas rusas a las que era difícil seguir al cien por cien pero que atrapaban desde el primer momento. Ahora emprende una epopeya espacial, nada menos que la de aquellos que , desde un mundo apocalíptico, están llamados a buscar nuevos paisajes en los que pueda desarrollarse el ser humano. Pero tampoco en este caso se queda en los esquemas conocidos, sino que emprende un viaje alrededor del concepto de tiempo y su relatividad en el cosmos, como un gran juego de referencias en que se mezclan lo lógico y lo mágico.
Una vez más, igual que ocurría en el caso anterior, lo más difícil es conseguir fundir el ensayo con la narrativa , hacer creíble esa especie de explicaciones pseudocientíficas en donde no es extraño perderse en algún momento, y sobre todo tener la duda de si son meros soportes para otorgarle al artefacto cierto matiz de trascendencia. Pero incluso en este apartado, Nolan consigue crear universos propios, singulares y llamativos para, por lo menos, conseguir poner en imágenes propuestas tan complejas.
Interstellar además está muy bien contada , tanto en la aventura como en la lectura de melodrama familiar que también soporta; su director ya ha demostrado que es capaz de trazar un recorrido humano con el mismo pulso con el que mueve naves espaciales, bien sea entre padres e hijos, como en este caso, o, como en Origen , asomándose al romanticismo extremo.
Con todo ello, casi tres horas de película, transcurren sin que miremos el reloj y , en algunos pasajes,( creo que de forma intencionada a modo de homenaje ) , recordándonos a Kubrick ( esas danzas en el espacio con música clásica de fondo, esos silencios donde se puede percibir la nada ).
Lo dicho al principio, Nolan es ya una apuesta segura en cuanto a su capacidad de generar entretenimiento de calidad , tal vez pueda ser cuestionable su punto de trascendencia , en cualquier caso, lleva a cabo grandes obras , de esas que reiteran la función del cine como espectáculo, algo que nunca se debería de perder y que nos remite al inicio del séptimo arte.
Personalmente , ahora me gustaría verlo volver a alguna de sus obras en apariencia menores; que , de nuevo, me alcanzase la incomodidad que me regalo con la ya citada Memento o con Insonmia, en cualquier caso, que no se pierda entre fuegos artificiales.
Ya no le hace falta demostrar nada. Puede seguir por lo tanto haciendo simple y llanamente muy buen cine.
Público
Matthew Mcconaughey. Anne Hathaway. Jessica Chastain. Michael Caine. Jonh Lithgood. Mat Damon. Casey Affleck. Wes Bentley
A estas alturas , nadie puede dudar de la capacidad de Nolan como director para manejar grandes materiales, ni , por supuesto, de su ambición.
El que se descubrió para la mayoría con ese thriller rompecabezas que fue Memento, ha avanzado en la escala de producción de Hollywood , pasando incluso por una trilogía de superhéroe, hasta convertirse ya en un referente para los taquillazos de calidad.
Y es que , hay que decirlo, algo que arrastra desde el origen antes citado, es que no es un escritor/ director dado a ponérselo fácil al espectador, sino al contrario, le exige toda su atención incluso en aquello que parecen meros entretenimientos de género.
Nolan jugo en Origen con el sueño, creando una estructura de muñecas rusas a las que era difícil seguir al cien por cien pero que atrapaban desde el primer momento. Ahora emprende una epopeya espacial, nada menos que la de aquellos que , desde un mundo apocalíptico, están llamados a buscar nuevos paisajes en los que pueda desarrollarse el ser humano. Pero tampoco en este caso se queda en los esquemas conocidos, sino que emprende un viaje alrededor del concepto de tiempo y su relatividad en el cosmos, como un gran juego de referencias en que se mezclan lo lógico y lo mágico.
Una vez más, igual que ocurría en el caso anterior, lo más difícil es conseguir fundir el ensayo con la narrativa , hacer creíble esa especie de explicaciones pseudocientíficas en donde no es extraño perderse en algún momento, y sobre todo tener la duda de si son meros soportes para otorgarle al artefacto cierto matiz de trascendencia. Pero incluso en este apartado, Nolan consigue crear universos propios, singulares y llamativos para, por lo menos, conseguir poner en imágenes propuestas tan complejas.
Interstellar además está muy bien contada , tanto en la aventura como en la lectura de melodrama familiar que también soporta; su director ya ha demostrado que es capaz de trazar un recorrido humano con el mismo pulso con el que mueve naves espaciales, bien sea entre padres e hijos, como en este caso, o, como en Origen , asomándose al romanticismo extremo.
Con todo ello, casi tres horas de película, transcurren sin que miremos el reloj y , en algunos pasajes,( creo que de forma intencionada a modo de homenaje ) , recordándonos a Kubrick ( esas danzas en el espacio con música clásica de fondo, esos silencios donde se puede percibir la nada ).
Lo dicho al principio, Nolan es ya una apuesta segura en cuanto a su capacidad de generar entretenimiento de calidad , tal vez pueda ser cuestionable su punto de trascendencia , en cualquier caso, lleva a cabo grandes obras , de esas que reiteran la función del cine como espectáculo, algo que nunca se debería de perder y que nos remite al inicio del séptimo arte.
Personalmente , ahora me gustaría verlo volver a alguna de sus obras en apariencia menores; que , de nuevo, me alcanzase la incomodidad que me regalo con la ya citada Memento o con Insonmia, en cualquier caso, que no se pierda entre fuegos artificiales.
Ya no le hace falta demostrar nada. Puede seguir por lo tanto haciendo simple y llanamente muy buen cine.
Público
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