España 2011
Eva Llorach. Angela Villar. Rocio León. Victoria Radonic. Angela Boix. Miquel Insua
Es muy difícil, por no decir imposible, analizar Diamond Flash como un hecho aislado, como una obra independiente, o al menos a mi me resulta imposible.
Me encuentro ante una historia ( ¿ historia?, ¿ historias?, ¿ relatos?, ¿ sugerencias? ) que rompe cualquier asidero referencial que pudiera tener, no desde el principio sino, una vez que hemos entrado en su fascinante universo. La trampa que nos tiende su creador es totalmente perversa: no nos cuesta ser parte de este fresco hiperrealista donde conviven lugares comunes, desgraciadamente tan conocidos hoy día, como el secuestro infantil, la violencia de género o los abusos a menores en forma de secretos del pasado. Además, lo dota de un nivel de tensión que nos acerca al thriller relativamente convencional.
Pero poco a poco, hay referencias que nos hacen intuir que hay algo más: una estética setentera, ciertos giros de guión que no precisan explicación ... y de pronto, nos encontramos como si, en nuestro universo , se hubiesen cambiado los códigos, pero ojo, no los códigos referenciales, que siguen siendo perfectamente reconocibles; ni siquiera los códigos narrativos , la estructura a base de diálogos a dos la hemos visto frecuentemente, sin ir más lejos, en la última película de Cesc Gay.
No.
Lo que cambian son los códigos de lo que se entiende por una historia, de lo que se quiere o se pretende contar y, si llevamos esto más lejos, de lo que siempre suponemos que un director está, hasta cierto punto, obligado a contarnos.
Creo que la clave está en un momento del diálogo donde un personaje le echa en cara a otro su necesidad de entenderlo todo, de ver todo claro. Es como si Vermut se estuviese dirigiendo a nosotros y pidiéndonos, exigiuéndonos, que cambiásemos nuestra actitud si verdaderamente queremos ser receptores de su obra.
Y así, desde esa premisa, lo que verdaderamente cambia, es la posición del espectador. Ya no es un ser pasivo, dispuesto a recibir una historia y emitir juicios sobre la misma y sobre como se nos ha contado, sino que tiene que asumir un papel activo que llene los huecos que nos han dejado, en el centro de la historia, en su principio, en su continuación.
Para ello, el guión, navega por tantos rios que cualquier decisión es posible, desde el melodrama familiar a, nada menos, que el cine de superhéroes, parando por el thriller más oscuro. Diamond Flash se conforma entonces no como una sola película, sino como un millón de películas, tantas como espectadores llegue a tener.
Como complemento, y para servir de guía en ese viaje solitario que nos proponen a cada uno de nosotros, la edición en DVD se acompaña de un fantástico comic de varios autores , titulado Historias Caleidoscópicas, donde se conforman posibles capítulos que podrían, perfectamente incluirse en la narración, pero no son los únicos, son simplemente algunas de las posibilidades ; de nosotros dependerá ser capaces de ir más allá.
Dos referencias en el ámbito meramente cinematográfico:
En primer lugar, una alabanza absoluta al conjunto del reparto que, desde el primer al último intérprete, consigue dotar de realidad este experimento, en una actuación tan seria, que evita que cualquiera piense en este producto simplemente como una broma.
En segundo lugar, es la segunda vez en lo que va de año ( la otra ha sido Carmina o Revienta , esta sin el tirón de Paco León ) que una película opta por nuevas vías de distribución para conseguir llegar al público; en negativo podemos pensar que es una pena que un producto tan importante como Diamond Flash no consiga hacerse un hueco en la cartelera; en positivo, es el momento de plantearnos que ya comienzan a existir alternativas capaces de ofrecer oportunidades a todo tipo de cine.
En definitiva, Diamond Flash es una de las experiencias creativas más fascinantes que he conocido últimamente; cuando continuamente escuchamos hablar de otras formas de hacer cine , es gratificante que existan propuestas tan arriesgadas, tan abiertas y tan logradas.
Sólo espero que no sea un hecho aislado. Una segunda parte por favor, como sea, donde sea.
Público
Eva Llorach. Angela Villar. Rocio León. Victoria Radonic. Angela Boix. Miquel Insua
Es muy difícil, por no decir imposible, analizar Diamond Flash como un hecho aislado, como una obra independiente, o al menos a mi me resulta imposible.
Me encuentro ante una historia ( ¿ historia?, ¿ historias?, ¿ relatos?, ¿ sugerencias? ) que rompe cualquier asidero referencial que pudiera tener, no desde el principio sino, una vez que hemos entrado en su fascinante universo. La trampa que nos tiende su creador es totalmente perversa: no nos cuesta ser parte de este fresco hiperrealista donde conviven lugares comunes, desgraciadamente tan conocidos hoy día, como el secuestro infantil, la violencia de género o los abusos a menores en forma de secretos del pasado. Además, lo dota de un nivel de tensión que nos acerca al thriller relativamente convencional.
Pero poco a poco, hay referencias que nos hacen intuir que hay algo más: una estética setentera, ciertos giros de guión que no precisan explicación ... y de pronto, nos encontramos como si, en nuestro universo , se hubiesen cambiado los códigos, pero ojo, no los códigos referenciales, que siguen siendo perfectamente reconocibles; ni siquiera los códigos narrativos , la estructura a base de diálogos a dos la hemos visto frecuentemente, sin ir más lejos, en la última película de Cesc Gay.
No.
Lo que cambian son los códigos de lo que se entiende por una historia, de lo que se quiere o se pretende contar y, si llevamos esto más lejos, de lo que siempre suponemos que un director está, hasta cierto punto, obligado a contarnos.
Creo que la clave está en un momento del diálogo donde un personaje le echa en cara a otro su necesidad de entenderlo todo, de ver todo claro. Es como si Vermut se estuviese dirigiendo a nosotros y pidiéndonos, exigiuéndonos, que cambiásemos nuestra actitud si verdaderamente queremos ser receptores de su obra.
Y así, desde esa premisa, lo que verdaderamente cambia, es la posición del espectador. Ya no es un ser pasivo, dispuesto a recibir una historia y emitir juicios sobre la misma y sobre como se nos ha contado, sino que tiene que asumir un papel activo que llene los huecos que nos han dejado, en el centro de la historia, en su principio, en su continuación.
Para ello, el guión, navega por tantos rios que cualquier decisión es posible, desde el melodrama familiar a, nada menos, que el cine de superhéroes, parando por el thriller más oscuro. Diamond Flash se conforma entonces no como una sola película, sino como un millón de películas, tantas como espectadores llegue a tener.
Como complemento, y para servir de guía en ese viaje solitario que nos proponen a cada uno de nosotros, la edición en DVD se acompaña de un fantástico comic de varios autores , titulado Historias Caleidoscópicas, donde se conforman posibles capítulos que podrían, perfectamente incluirse en la narración, pero no son los únicos, son simplemente algunas de las posibilidades ; de nosotros dependerá ser capaces de ir más allá.
Dos referencias en el ámbito meramente cinematográfico:
En primer lugar, una alabanza absoluta al conjunto del reparto que, desde el primer al último intérprete, consigue dotar de realidad este experimento, en una actuación tan seria, que evita que cualquiera piense en este producto simplemente como una broma.
En segundo lugar, es la segunda vez en lo que va de año ( la otra ha sido Carmina o Revienta , esta sin el tirón de Paco León ) que una película opta por nuevas vías de distribución para conseguir llegar al público; en negativo podemos pensar que es una pena que un producto tan importante como Diamond Flash no consiga hacerse un hueco en la cartelera; en positivo, es el momento de plantearnos que ya comienzan a existir alternativas capaces de ofrecer oportunidades a todo tipo de cine.
En definitiva, Diamond Flash es una de las experiencias creativas más fascinantes que he conocido últimamente; cuando continuamente escuchamos hablar de otras formas de hacer cine , es gratificante que existan propuestas tan arriesgadas, tan abiertas y tan logradas.
Sólo espero que no sea un hecho aislado. Una segunda parte por favor, como sea, donde sea.
Público
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