Canongate
304 páginas
Cuando era pequeño y TVE era la única cadena de referencia ( la 2 nunca se vio bien en casa), existían los "Grandes Relatos", series que de lunes a viernes desgranaban grandes historias de la literatura.
Tenían en común ocurrir en pasados lejanos, pobladas de personajes , todos ellos tarde o temprano, enfrentados a encrucijadas que decidirían su destino.
Había pasiones en el presente y secretos en el pasado, generalmente escondidos en el seno de las familias y capaces de poner el mundo patas arriba al ser descubiertos.
En ocasiones, frente a una literatura ( o cine, o serie, o.... ) he echado de menos esa capacidad de engancharme a lo que les ocurría a otros.
Esta novela, es de los ejemplos más claros de que aun existen narradores que siguen escribiendo así, posiblemente porque no he sido el único en beber de esas fuentes.
Una Australia aun salvaje, unos personajes que luchan por conseguir superar el estigma de los colonizadores que eran en verdad proscritos, el choque con los aborigenes y la necesidad de conquista. Todo ello alrededor de una historia de amor y descubrimiento, de la forma de crecer en un mundo hostil, de saber lo que se debe de hacer y lo que se puede hacer.
¿ Hay quien de más?
Posiblemente , la velocidad de los tiempos haya limado las posibilidades de historias paralelas que , en el contexto anterior, hubiesen tenido una mayor entidad ; aquí vamos directos al devenir de esta mujer, y así, el volumen es más reducido de lo que lo era en aquellos gordos tomos que adornaban todas las bibliotecas.
¿El resultado?
Para mi, una pequeña regresión a los años en que las historias no intentaban explicarnos el presente, sino sólo eso: contar.
Público
304 páginas
Cuando era pequeño y TVE era la única cadena de referencia ( la 2 nunca se vio bien en casa), existían los "Grandes Relatos", series que de lunes a viernes desgranaban grandes historias de la literatura.
Tenían en común ocurrir en pasados lejanos, pobladas de personajes , todos ellos tarde o temprano, enfrentados a encrucijadas que decidirían su destino.
Había pasiones en el presente y secretos en el pasado, generalmente escondidos en el seno de las familias y capaces de poner el mundo patas arriba al ser descubiertos.
En ocasiones, frente a una literatura ( o cine, o serie, o.... ) he echado de menos esa capacidad de engancharme a lo que les ocurría a otros.
Esta novela, es de los ejemplos más claros de que aun existen narradores que siguen escribiendo así, posiblemente porque no he sido el único en beber de esas fuentes.
Una Australia aun salvaje, unos personajes que luchan por conseguir superar el estigma de los colonizadores que eran en verdad proscritos, el choque con los aborigenes y la necesidad de conquista. Todo ello alrededor de una historia de amor y descubrimiento, de la forma de crecer en un mundo hostil, de saber lo que se debe de hacer y lo que se puede hacer.
¿ Hay quien de más?
Posiblemente , la velocidad de los tiempos haya limado las posibilidades de historias paralelas que , en el contexto anterior, hubiesen tenido una mayor entidad ; aquí vamos directos al devenir de esta mujer, y así, el volumen es más reducido de lo que lo era en aquellos gordos tomos que adornaban todas las bibliotecas.
¿El resultado?
Para mi, una pequeña regresión a los años en que las historias no intentaban explicarnos el presente, sino sólo eso: contar.
Público
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