Alfaguara
179 páginas
Seguramente la sabiduría está muy cerca de la sinceridad.
Y la sinceridad y la sabiduría están muy lejos de los excesos.
Cuando un escritor con Newman decide abordar un tema tan complejo en apariencia, sólo es sincero si lo hace desde la sencillez , desde la transparencia, alejándolo de todo atisbo de trascendencia impostada.
El resultado carece de efectos , de trucos , sólo puede llegar por si mismo, por sus dosis de verdad , aunque esta verdad esté en muchas ocasiones construida sobre el andamio de las dudas.
Y nuestra percepción de ese resultado dependerá de la capacidad de escuchar , de ver , de sentir , sólo con la verdad , sin necesitar otros alicientes.
Hablar Solos trata sobre muchas cosas que giran alrededor de una sola : la ausencia.
Y es ausencia cuando se pierde algo que se ha tenido. No simplemente cuando se carece de un deseo.
Tres personajes se enfrentan a la progresiva enfermedad y muerte de uno de ellos, a como afecta a sus vidas , como se afronta esa nueva etapa que ya es diferente en si pero que además anuncia cambios más drasticos.
Uno de ellos , Lito , lo hace desde el desconocimiento; la inocencia del niño, la vida que sigue , fresca , violenta , llena, es un contraste con el desgaste que se va produciendo en los otros dos.
Y ellos, desde la soledad de sus posiciones , ese Hablar Solos al que el título hace mención, intentan entender lo que ocurre, sin entenderlo de verdad , porque es algo que no se entiende: pasa.
Hay muchos hallazgos en esta pequeña novela que decide ser humilde, tal vez desde una visión respetuosa.
Sorprende la precisión con la que el lenguaje nos traslada las metamorfosis interiores, los cambios que no se perciben en heridas.
Sorprende su crudeza a la hora de buscar escapatorias.
Sorprende lo identificados que nos podemos sentir con ese miedo al vacío.
Un vacío que sólo conseguiremos llenar si dejamos que , una vez más, sea la vida la que lo haga , sin intentar falsos rellenos en la literatura o el cuerpo, que sólo generarán desconcierto , en ocasiones materializado en rabia, otras en cansancio.
Tras su grandiosa El Viajero del Siglo, Newman se decanta por una propuesta diiferente que por momentos parece menor , sin embargo, al terminarla nos percatamos de su grandeza , de que su ambición está más allá . La que puede alcanzar lo pequeño.
Público
179 páginas
Seguramente la sabiduría está muy cerca de la sinceridad.
Y la sinceridad y la sabiduría están muy lejos de los excesos.
Cuando un escritor con Newman decide abordar un tema tan complejo en apariencia, sólo es sincero si lo hace desde la sencillez , desde la transparencia, alejándolo de todo atisbo de trascendencia impostada.
El resultado carece de efectos , de trucos , sólo puede llegar por si mismo, por sus dosis de verdad , aunque esta verdad esté en muchas ocasiones construida sobre el andamio de las dudas.
Y nuestra percepción de ese resultado dependerá de la capacidad de escuchar , de ver , de sentir , sólo con la verdad , sin necesitar otros alicientes.
Hablar Solos trata sobre muchas cosas que giran alrededor de una sola : la ausencia.
Y es ausencia cuando se pierde algo que se ha tenido. No simplemente cuando se carece de un deseo.
Tres personajes se enfrentan a la progresiva enfermedad y muerte de uno de ellos, a como afecta a sus vidas , como se afronta esa nueva etapa que ya es diferente en si pero que además anuncia cambios más drasticos.
Uno de ellos , Lito , lo hace desde el desconocimiento; la inocencia del niño, la vida que sigue , fresca , violenta , llena, es un contraste con el desgaste que se va produciendo en los otros dos.
Y ellos, desde la soledad de sus posiciones , ese Hablar Solos al que el título hace mención, intentan entender lo que ocurre, sin entenderlo de verdad , porque es algo que no se entiende: pasa.
Hay muchos hallazgos en esta pequeña novela que decide ser humilde, tal vez desde una visión respetuosa.
Sorprende la precisión con la que el lenguaje nos traslada las metamorfosis interiores, los cambios que no se perciben en heridas.
Sorprende su crudeza a la hora de buscar escapatorias.
Sorprende lo identificados que nos podemos sentir con ese miedo al vacío.
Un vacío que sólo conseguiremos llenar si dejamos que , una vez más, sea la vida la que lo haga , sin intentar falsos rellenos en la literatura o el cuerpo, que sólo generarán desconcierto , en ocasiones materializado en rabia, otras en cansancio.
Tras su grandiosa El Viajero del Siglo, Newman se decanta por una propuesta diiferente que por momentos parece menor , sin embargo, al terminarla nos percatamos de su grandeza , de que su ambición está más allá . La que puede alcanzar lo pequeño.
Público
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