Alfaguara
247 páginas
La novela histórica de una época vivida por su autor, aporta al género tradicional opinión y sentimiento. Si el narrador es capaz de contener su propia presencia, el resultado es mucho más vivido, más sincero, y nos trasmite un cuadro completo de la época contada.
Además, otro equilibrio difícil es la selección de datos, de sucesos, no olvidando que existe Historia e historia, y que si bien la segunda aporta singularidad, perder la perspectiva de la primera es limitar mucho el relato.
De todos estos retos, sale más que airoso Manuel Vicent, que con un ritmo periodístico y una excelente prosa, nos traslada la España que cabalga desde la Dictadura a la Democracia, pasando por la Transición, cargando las páginas de sucesos y sobre todo de una galería de personajes tan humanos como reales.
Además, la obra se estructura alrededor de un hombre tan fascinante como Jesús Aguirre, contradictoria, mundano, hecho de carne y tramoya, de inteligencia y deseo, y lo hace desde el cariño y la comprensión, admirativa a veces , pero también desde la critica, sin perder nunca el tono. El periodista y el novelista conviven en una armonía absoluta, el resultado es excelente.
No he leido mucho a Vicent, no recodaba lo bien que escribe, pero además entretiene e informa.
Todos tenemos lagunas.
Público
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