Coreografía- Antonio Gades
Adaptación para ballet- Alfredo Mañas
Espacio escénico y vestuario- Francisco Nieva
Música - Emilio de Diego. Genaro monreal. Perelló. Felipe Campuzano.
Bailarines - Cristina Carnero. Angel Gil. Vaneza Vento. Joaquín Mulero. Maite Chico
Bodas de Sangre, tragedía poética de García Lorca, me ha parecido siempre una de las piezas teatrales más difíciles de llevar a escena. No veo en ella personajes reales, sino deseos, anhelos y pasiones que parecen tener vida propia entre las palabras. Difícil tambié buscar un escenario suficientemente neutro que, siendo universal, tenga la capacidad de acoger la belleza del texto.
Sin embargo, cuando el pasado martes me encontraba en el Teatro Real viendo este ballet, tuve la sensación de que su esencia si estaba allí.
Ya he dicho alguna vez que mis conocimientos de danza son reducidos, me limito a intentar percibir los sentimientos y la belleza de la estética, cuadros y movimiento. En este caso, percibo que las formas del baile andaluz, se complementan con el clásico, creando figuras únicas y movimientos absolutamente narrativos.
Y en sólo cuarenta minutos, la tragedia nos llega con toda su sencillez y pureza.
El tiempo es importante porque tengo la sensación de que esta obra está totalmente depurada, dejándola sólo en lo esencial. Un ejercicio arriesgado y honesto que en este caso está totalmente logrado.
Lorca nos llega perfectamente en imágenes ya que no en sus palabras
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