Ediciones Escalera
Colección Trayectos
140 páginas
Descubrir en un mismo mes a dos "cuentistas" como Patricio Pron y Carlos Salem, no sólo es una suerte sino la inmersión en un tipo de literatura joven, ajena a cualquier academicismo, a cualquier obligación, capaz de absorber fuentes y de interpretarlas y, sobre todo, de convertir la narración en una búsqueda personal de un lugar donde sentirse cómodo y desde el que poder trasladar su visión, no tanto de la realidad como de lo que desde la realidad puede contarse.Porque no hablamos de realidades, no existe la obligación de ser notarios de una situación, de injusticias, de promesas... de hecho no existen más obligaciones que escribir, con su gusto por escribir.
De nuevo un género tan difícil como el relato breve , pero esta vez más o menos enmarcado en un conjunto con un paisaje unitario, unos personajes comunes y, sobre todo, una actitud descarada , escéptica, divertida y un poco sórdida.
Así, como si se tratase de un lugar en el centro de ninguna parte, cuatro líneas sirven para marcarnos a duendes de paso, siempre de paso y que aparecen desde diferentes perspectivas, manejando un todo ligero, volatil incluso cuando asoma la tragedia.
Y dentro, los referentes son los más clásicos que uno pueda imaginar, están Hammet, Chandler, amores como los de Casablanca y justicias como las de Taxi Driver.
En todo ello, dependiendo del género, a veces salén lágrimas y otras veces balas, pero siempre, entre líneas, se percibe la lírica de los perdedores que a veces son capaces de ver ángeles donde los demás sólo percibimos ¿ la realidad ?
Salem, Pron, Mallo... buscar, encontrar, sorprender, absorber y crear un lenguaje propio. Porque así empezaron todos los que hoy son grandes .
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