Ariel
La novela histórica se ha convertido en un género con muchos
adeptos. Yo vengo de los clásicos: Quo Vadis, Ivanhoe…. O más adelante, la
magnífica serie de Los Reyes Malditos. Tenían la mezcla justa de credibilidad y
aventura para hacerlos apasionantes. He leído también alguno de Molist o de
Gómez Jurado, buenas novelas, pero, no sé por qué, tengo el género bastante
abandonado. Creo que voy a remediarlo, me gustaban. Pero, en cualquier caso, Un
Espejo Lejano está bastante lejos de este novelo.
La novela que nos ocupa no tengo claro ni que pueda
denominarse novela. Quizás sería mejor crónica o incluso ensayo. El libro de
Bárbara Tuchman tiene mucho más interés divulgativo que de entretenimiento. Eso
está claro.
Su análisis del Siglo XIV recorre los cien años que lo
componen, pero también se alarga en su epílogo, casi cincuenta años más, y cita
algunos antecedentes necesarios. En resumen, por lo tanto, es un cuadro amplio
de la Edad Media n sus momentos más oscuros, cuando se acercaba a su
decadencia.
Está claro que el rigor es absoluto, el contenido ofrece un
estudio detallado que afecta a acontecimientos tan conocidos como la pandemia
de la peste negra, el cisma pontificio que sostuvo dos papas en dos
localizaciones diferentes durante muchos años, la marcha de los niños mendigos
por Europa, la Guerra de los Cien Años, las últimas cruzadas….
Si se quería entrar en profundidad en todos ellos, era
preciso acotar, y quizás aquí es donde entra la vertiente más novelística del
proyecto. La autora decide que la columna vertebral sea un personaje real, el
Barón de Coucy, caballero guerrero a las órdenes de la Corona de Francia, fue
uno de los aristócratas ´guerreros más importantes de su época, presente en la
mayoría de las epopeyas y batallas. Si bien hay muchas de las situaciones
estudiadas en las que no está directamente presente o que se extienden más
allá, tanto geográfica como temporalmente, utilizarlo como hilo conductor sirve
para poner límites.
El tratamiento general es apasionante en muchas ocasiones,
como lo es asomarse a la verdad de la historia. Pero no esperemos un libro
fácil. Quizás más que una novela, lo veo cercano a las biografías de Stefan
Zweig y aún así, es menos amena y más meticulosa.
Un trabajo esforzado. Sólido y denso sin duda cumpliendo con
su cometido. Quizás un poco esforzado también para los lectores, pero uno de
los libros de historia más capaces de trasladar la realidad de un tiempo y de
quienes lo habitaron.
Público
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