NOVELA: ASESINATO EN EL CORAZÓN DE JERUSALEM de Batya Gur

 

Siruela

380 páginas

Disponible en ebook.

El hecho de que utilice a menudo la novela negra para desengrasar, no quiere decir ni mucho menos, que admita cualquier cosa. Todo lo contrario. Para mi es uno de mis géneros favoritos y eso me autoriza a ser exigente.

Ya he dicho en muchas ocasiones, que el rechazo nunca me lo causa el best seller por el hecho de serlo. Creo que, por ejemplo, Juan Gómez Jurado se merece lo que vende, y que Joel Dicker no. Pero regresemos de la disgresión.

Y hagámoslo para caer en otro lugar común: la novela negra como un paisaje social que retrata las miserias y virtudes del entorno que retrata. En este caso, Israel, un país con grandes problemas de convivencia donde raza y religión se combinan para crear un entorno de tensión constante. 

Es allí, en Jerusalén, donde aparece un cadáver que pronto se identifica con una joven hermosa, muy valorada en su círculo, y cuyo asesinato compondrá el núcleo de la narración.

Batya Gur es maestra en el género, y por ello sabe combinar perfectamente la necesidad de engarzar la resolución del caso con las vidas personales de quienes trabajan en el mismo y que, por lo que entiendo, se encaja en una serie de obras anteriores. 

Pero lo hace eliminando algo últimamente muy frecuente incluso en las buenas novelas del género, y es ese tufillo a guion televisivo, como si se hubiesen escrito pensando ya en su conversión en serie. Lo consigue con dos características: por un lado, la esencialidad en la narración, eliminando cualquier aspecto accesorio, y por otro, optando por una descripción minuciosa en los detalles, que solidifica la acción.

Asesinato en el corazón de Jerusalén podría ser casi una novela de cámara por las limitaciones de escenarios y tiempos. Esa concentración le da a la narración una densidad muy poco frecuente en el género.

La novela no es fácil para quienes buscan superficialidad y rapidez, pero sí para quienes, como yo, se apasiona ante el descubrimiento de una nueva autora a la que, sin duda, volveré.

Público 

     

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