Nawja Nimri. Alba Planas. Patrick Criado. Aixa Villagrán. Pepe Viyuela. Pep Ambrós. Jorge Usón. Miguel Inclán. Jon Viar. Juan Codina
La historia de Aurora Rodríguez y su hija Hildegart me parece narrativamente muy simple, casi al nivel de una parábola.
La madre que pretende crear a la mujer perfecta y, consiguiendo un prodigio desde el punto de vista intelectual, tendrá que rendirse ante la evidencia de que es imposible acallar el alma de un ser humano. La luchadora por la libertad que se convierte en la peor tirana. La niña que sólo confiaba en el cerebro y se vio rota por el corazón.
No parece sencillo, cuando además el final es perfectamente conocido, convertir el desarrollo argumental en apasionante. Y Paula Ortiz, que lo sabe, decide convertirlo en otra cosa.
Desde el punto de vista de su factura, la película es perfecta. Elegante, cuidada, meticulosa en los detalles, certera en el retrato de una época turbulenta marcada por la necesidad de revolución y por las contradicciones de aquellos que querían sentirse parte de la misma. El guion encaja a la perfección todas las piezas que se van sucediendo con absoluta transparencia facilitando mucho la lectura.
Y en lo que se refiere a la complejidad del núcleo, Ortiz decide escorarse ligeramente hacia la locura (algo históricamente aceptable, ya que Aurora Rodríguez falleció en el centro psiquiátrico de Ciempozuelos, donde pasó sus últimos años). Eso le permite trabajar con situaciones y texturas propias del cine de terror, algo que se enfatiza con la profunda y obsesiva interpretación de una Nawja Nimri que consigue resultar fascinante. Su Aurora es un monstruo, tan cruel como doloroso.
El resultado es una buena película pero sobre todo una película muy eficaz, capaz de moverse entre el thriller y el análisis sociopolítico de una época, siendo además un producto de muchísima calidad desde el punto de vista cinematográfico.
No sé si la luz que arroja sobre los sucesos que narra es creíble, pero, en cualquier caso, igual de válida que cualquier otra. Es cine, no investigación, y como cine, resulta notable.
Público
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