España 2024
Emma Vilarasau. Enric Auquer. María Rodríguez Soto. Alberto San Juan. Macarena García. Clara Segura. José Pérez Ocaña. Filippo Conti
Casa en Llamas es una de esas películas cuya historia me gusta , estrenada en junio, esa momento entre final de temporada y principio de verano, de pronto se ha convertido en un inesperado éxito de taquilla.
Y no es tan raro. Las historias de familia siempre enganchan, a fin de cuentas, todos tenemos una.
Lo que nos ofrece Dani de la Orden no es más, seguramente, que una de las catarsis que todos podriamos imaginar alguna vez en nuestros hogares ( a diferentes niveles, claro ). Esas heridas del pasado, esos remordimientos escondidos, esa amargura.... no es difícil vernos ahí, aunque quizás no con esa carga dramática.
Posiblemente sea eso lo que haga que nos cuesta tan poco empatizar con Casa en Llamas, la cercanía de sus personajes y el hecho de que sus problemas sean, al final, bastante cotidianos.
Una hija disgustada con su matrimonio y las responsabilidades que supone la maternidad, un hijo frustrado por la diferencia entre su ambición artística y su falta de talento, un padre enamorado de si mismo.... y, por supuesto, una madre que entiende que el verdadero refugio estará siempre en la familia, y que peleará con uñas y dientes ( y cualquier forma conocida de manipulación ), para mantener un rincón de amor entre tantas contradicciones. Al final, nada tan extraño.
¿Qué es lo que hace de Casa en Llamas una película especial y la pone a la altura de un taquillazo?. Pues varias cosas pero muy simples.
En primer lugar, está muy bien escrita. Comprendo que eso para alguien como yo cuya formación cultural es fundamentalmente literaria tiene mucha importancia, pero en cualquier caso, en un psicodrama teatral tan concentrado, es necesario rigor en el dibujo de los personajes y una ligereza en las situaciones que haga que admitamos incluso aquellas acciones que podrían resultar menos creíbles. Aquí todo está perfectamente medido en perfecto equilibrio para que nos movamos entre el humor y el drama.
Lo segundo, de cara a que todo funcione, son los intérpretes. Y en lo que a esto se refiere, la película es modélica en todos lo que participan en ella, desde es madre gorgona, magnífica Vilasarau como nexo que une al resto, hasta un Alberto San Juan egoistamente divertido o una fresca Macarena García. No hay uno por debajo de la excelencia.
Casa en Llamas es brillante, libre, capaz de recordarnos que somos humanos. Es ejemplar en el género de psicodrama familiar, y nos pilla muy cerca.
Escuchémoslo. Porque eso es también el cine, un lugar pata hablar cuando todo es silencio..........
Y, lo mejor, nos recuerda que el boca a boca sigue funcionando, algo que nos devuelve la fe en el reconocimiento del talento.
Público
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