Jorge Sanz. Vito Sanz. Macarena Sanz
Creo que uno de los beneficios que las plataformas han aportado
al cine, es el de democratizar la distribución, ya que ensancha los canales por
los cuales una película puede llegar al público. Esto ligado a la necesidad de
generar contenidos hace que obras pequeñas que quizás tendrían muy pocas
oportunidades de existir o de ser visibles en un modelo tradicional, puedan
existir.
David Trueba es un director con un bagaje amplio a sus
espaldas. Además es una persona que le genera buen rollo a todo el mundo. Puede
hacer más o menos lo que le apetezca. Y está claro que en esta ocasión, le
apetecía contar una historia pequeña que no llega a los ochenta minutos, en un
enclave precioso y solitario, y con apenas cuatro actores.
Una pareja que ha decidido separarse, necesita encontrar un
hombre bueno que les ayude en su planificación del futuro, evitando que, como
es habitual, la situación saque lo peor de ambos a la luz. Para ello acuden al
antiguo jeje del marido, un triunfador profesional que, tras un dramático
accidente, se retiró a vivir en el paraíso casi como un ermitaño.
Eso es todo. Una semana donde estos tres personajes más la
hija del matrimonio, compartirán la necesidad de saber que es verdaderamente lo
correcto.
Es bonita, bien escrita. Y está bien interpretada, que
gozada volver a ver a Jorge Sanz en un protagonista. También tengo que reconocer
que me supo a poco. Pero está bien.
Todos necesitamos de vez en cuando entender la sencillez.
Público
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