1ª Edición 1960 Editorial Noguer
Actualmente, diferentes editoriales
280 páginas
Vamos a ver si consigo contar en esta entrada todo lo que me gustaría contar:
A pesar de compartir apellido con Elena Quiroga, de que mi padre y ella se tratasen como parientes ( al parecer lo eran, lejanos ) y de que en la inmensa biblioteca de mi progenitor estuviesen muchas de sus obras, nunca hasta ahora la había leído por considerarla siempre una autora menor. La única excusa a este respecto, podría ser el poco espacio que ocupaba ( ahora desaparecida totalmente, supongo ) en los libros de estudio de literatura.
Precisamente, con motivo de levantar la biblioteca de casa de mis padres y de decidir que, ante la imposibilidad lamentable de darles a los libros una nueva vida, iba a intentar rescatar todos los que pudiese, he hecho una selección bastante arbitraria de obras que quizás sea el momento de descubrir. Y con la emoción de lo inesperado, me he lanzado a leer algunas de ellas.
La primera Tristura.
La historia que nos cuenta es la de Tadea, una niña huérfana de madre que, ante las dificultadas de ser educada en solitario por su padre en la aldea, posiblemente terrateniente, agrícola y cazador, es trasladada por largas temporadas a la casa de su abuela, bajo la férrea atención de una tía con amarguras del pasado y en convivencia con unos primos que siempre la verán como una intrusa.
Allí, la libertad de otro paisaje, se convertirá en una amenaza para sobrevivir en un entorno oscuro y falso, construido en una jerarquía social brutalmente rígida y en el odio pastoso entre los diferentes colectivos, niños y adultos, señores y criados.
Desde las primeras páginas, me atrapa absolutamente el lenguaje, una prosa selvática en la acumulación de palabras y tiempos, de realidades tajantes y suposiciones intuidas, de significados concretos y otros que enriquecen los conceptos tradicionales. Y, sobre todo, me fascina la capacidad de convertir todo esto, de forma casi alquímica, en un elemento narrativo perfecto, capaz no sólo de empujar hacia adelante una acción sino de acompañarla de un conjunto amplio de sensaciones, sentimientos, puertas abiertas y crónica. Lo que contiene esta novela me traslada a un universo infinito, tan amplio en matices y en historias esbozadas como la propia vida,
Pero además Tristura es una novela muy valiente. Lo es hoy día pero sobre todo, tuvo que serlo cuando se escribió. Por supuesto por su atrevimiento formal pero también, y sobre todo, por su contenido, que, desde dentro, expone a una sociedad no tan cercana entonces a su desaparición como podría parecer. Elena Quiroga es capaz de retratar momentos tan brutales como la visita de la sobrina de la criada o tan dolorosos como la primera comunión de Tadea. No hay crueldad ni complacencia en su escritura, pero tampoco miedo. Y el resultado es en muchas ocasiones terrible, dentro de esos niveles todavía más aterradores, cuando algo no llega a la explosión. La mentira, el odio, la hipocresía, la miseria moral..... se convierten aquí en elementos materiales que envenenan cualquier relación.
En fin, me he enamorado de Tristura. Me ha parecido una novela magnífica, sorprendente, que, una vez más, me devuelve mis dudas sobre el mundo editorial. ¿ Porque no es conocida como una de las grandes novelas de la literatura española?.
Sería avanzar preguntarme también porque Elena Quiroga no es reconocida como una de las grandes escritoras a la altura de Virginia Woolf por ejemplo, ya que para ello, debería de conocer algunas otras obras de su producción. Sé que lo haré. Este descubrimiento ha sido algo muy personal, posiblemente por inesperado y por su vinculación material a los libros que me enseñaron a escuchar las historias que otros contaban. De entre sus compañeros, varios me esperan, y estoy seguro de que esta especie de regresión será un viaje placentero, muy placentero.
Público
Comentarios