Editorial Destino
220 páginas
No, no era un hecho aislado. Tristura no era la novela sorprendente de una autora sin mayor trayectoria. Seguir buceando en la biblioteca de mi padre, esta vez con Algo pasa en la calle, me confirma que la realidad es que Elena Quiroga es una autora importante y que no goza del reconocimiento que merecería en nuestro país, al lado de otras autoras como Carmen Martín Gaite, Ana María Matute o Carmen Laforet.
En esta ocasión, y eso es algo a destacar, el tono es totalmente diferente. Nos encontramos en Madrid, donde un accidente luctuosos servirá como punto de unión para varios personajes, ejemplo de la sociedad de una época donde quedaban memorias de una guerra reciente y donde las normas de comportamiento se alejaban en muchas ocasiones de lo que habría sido moral.
Lo que convierte en singular este melodrama con una carga importante de crónica social es su perspectiva. Al comenzar en el final del principal personaje, aquel cuyo comportamiento vincula al resto, cada capítulo va desarrollándose como una pieza que, desde el presente, mira al pasado y que va encajando a la perfección en el conjunto. La autora es capaz de narrar sin juzgar, ofreciendo un retablo preciso y sincero, quizás por eso pueda resultarnos chocantes algunos comportamientos, especialmente el del hijo del difunto, sólo comprensible desde la posición de su época.
Algo pasa en la calle es una novela ágil y meticulosa donde de nuevo Elena Quiroga nos traslada su capacidad de escribir desde el interior de sus personajes pero dejándoles respirar, sin invadir su intimidad. También recobramos la riqueza de su léxico y de sus metáforas. Y su sinceridad en el retrato de lo gris. Crónica de otros tiempos, es también una novela triste.
Y, sobre todo, es en mi caso una obra que me confirma un descubrimiento y algo que tantas veces he temido: el infinito caudal de todos aquellos libros que merecen ser leídos y a los que nunca llegaré.
Publico
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