Dev Patel. Sobhita Dhulpala. Sikandar Kher. Shatito Copley. Adhiti Kalkunte. Makarand Deshpande. Ashwini Kalsekar. Vipin Sharma. Plabhash Tripahi. Brahim Achabbakhe
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La venganza es, sin duda, un sentimiento con el que todos empatizaban. Sí, nos cuesta reconocerlo, pero seamos sinceros. no hay quien no se venga arriba con el último tramo de Furia de Fritz Lang.
Si además esa venganza es contra los poderosos, mejor todavía, porque en ese caso, ya no sólo apoyamos la venganza de un suceso concreto, sino que además, asistimos a una venganza genérica sobre aquellos a quienes envidiamos su suerte.
Hay muchas historias de venganza en cine, y la verdad es que, asumiendo que no es precisamente un sentimiento aleccionador, creo que las mejores son las más sinceras, es decir, aquellas que la asumen desde un punto de vista obsceno. Y, sin lugar a dudas, Monkey Man es una de estas.
Entramos en la historia cuando su protagonista es ya un adulto que, desde una situación miserable, planifica como honrar la memoria de su difunta madre, desaparecida en una tragedia que iremos conociendo a través de sus recuerdos.
Conocemos a Kid como un luchador en un espectáculo salvaje. Desde su propio dolor, representa una sociedad pisoteada, reducida a la necesidad de la supervivencia y necesitada de nuevos héroes que, surgiendo con esfuerzo entre la basura, resuciten a los antiguos dioses.
El guion encaja una historia universal dentro de la cultura india, y lo hace a la perfección, sin especiales trascendencias ni un exotismo excesivo. Pero lo verdaderamente potente de esta película es su apariencia formal.
Visualmente es brillante, creativa, oscura y artificiosa, es difícil no quedarse enganchado desde el primer fotograma. Además, la violencia esta coreografiada con un movimiento fascinante que, sin duda recuerda a John Wick.
En definitiva, este estreno de Dev Patel como director, me parece un apasionante ejemplo de cine de acción, desde el respeto a las tradiciones y otorgándole un fondo de cuento legendario que da calor al alma del artefacto. Cine consciente de su personalidad, cerrado en si mismo y con sus propias reglas. También cine honesto. Entretenimiento de primera calidad. Y olvidémonos de despreciar estos productos como cine comercial, ya no.
Público
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