420 páginas.
Había leído ya algunos cuentos de Woolrich ( William Irish ) y me habían dejado un excelente recuerdo. Además, son muchas las películas basadas en algunas de sus historias que se rodaron con magníficos resultados, estoy pensando en La Ventana Indiscreta o las de Truffaut: La Novia Vestía De Negro y La Sirena Del Mississippi.
Este tomo, editado en 1961 ( tiene más años que yo ) y recuperado de la biblioteca de mi padre, incluye unos diez relatos con una extensión que, en ocasiones, se acercan a una novela breve.
Y todos ellos, todos, son magníficos. Pero lo más destacado es el cuadro global que se dibuja y a donde nos retrotrae: a esos tiempos en que, desde nuestra ilusión , descubríamos una América en blanco y negro pero lleno de matices, donde los malos eran malos y los buenos eran buenos, y desde ahí nos ofrece una colección de situaciones conocidas, encantadoras en su aparente ingenuidad.
La he gozado leyéndolas. He recuperado esos años en que me tragaba, una detrás de otra, historias como estás, en peli o por escrito. Y es ahí donde aprendí a sorprenderme, a emocionarme y a disfrutar de la tensión.
Al final, la conclusión es la misma: no podríamos vivir sin libros.
Nunca.
Público
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