Anagrama
400 páginas
Disponible en ebook
Supongo que, en estos tiempos, no podemos ya cuestionar lo
que realmente es una novela. La definición convencional está muy superada,
posiblemente desde el Ulises de Joyce, y a partir de ahí, todo es más o menos
válido.
Digo esto para aclarar que si alguien busca en Maniac una
narrativa convencional, va a sentirse confuso. Lo que nos ofrece Benjamín
Labatut no es eso, sino varias historias encadenadas, moviéndose entre la
ficción y la crónica, con, eso sí, un apasionante hilo común: la inteligencia
artificial como final de un camino que comienza cuando la física cuántica es
capaz de cuestionar las leyes hasta entonces conocidas como inmutables.
Podríamos agrupar el contenido del libro en tres etapas,
cada una de ellas vinculada a un personaje de portentosa inteligencia.
El primero, un físico matemático, el segundo, un científico
húngaro que llegó a ser un referente en
lo que se refiere a la creación del primer gran ordenador ( Maniac ) y el
lanzamiento de la bomba atómica, el tercero, un jugador de go que tuvo que
enfrentarse a una inteligencia no humana y que resulto esencial para determinar
sus límites.
Tengo que decir que sólo en el segundo caso existe un
desarrollo de la historia suficiente para conocer de verdad al personaje
central. Creo que el autor está más interesado en llevarnos a la reflexión
sobre diferentes aspectos, como la creación de una entidad que, a pesar de no
ser de origen humano, llegue a alcanzar la capacidad de pensar por si misma y
reproducirse. Desde ese objetivo, nos plantea un proyecto muy bien construido,
estructurado a la perfección.
La línea que establece hasta bocetar el futuro y el camino
del progreso es, sin duda, apasionante, pero el libro no es fácil como,
posiblemente, tampoco lo es el debate.
En el fondo, el autor consigue algo tan revolucionario como
hacer que una historia que entenderíamos como de ciencia ficción, se convierta
en crónica. A partir de ahí, el esfuerzo de leerla ( que es necesario ) merece
la pena.
Público
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