España 2023
Lupe Mateo Barredo. Fidel Sierra. Cayetano Rodríguez Anglada. Agustín Domínguez. Inka Lugo. Jesús Ortiz. Inés Amueva. Jose María Verdulla Otero
A Martín Cuenca lo conocí por Malas Temporada. Es un cineasta singular, con una vocación muy marcada. Es el director de la caligrafía de la sencillez, de la atmósfera cotidiana, de las historias aparentemente corrientes cuando no lo son, porque con esa serenidad es capaz de contarnos la historia de un Caníbal o concluir la tragedia de un incesto en La mitad de Óscar. Creo que se acercó a un público más amplio con una buena adaptación, El Autor, y con un thriller, La Hija, que es para mi su peor película, precisamente por su artificiosidad.
El amor de Andrea es una vuelta a su esencia de una forma extrema, porque en este caso, también apuesta por una historia en apariencia menor: Andrea vive con su madre al cuidado de sus hermanos menores, pero su obsesión es volver a relacionarse con su padre, que ahora cuenta con una segunda familia.
Poco a poco vamos conociendo al personaje y su entorno. Es una chica bondadosa y solitaria, soñadora y tenaz. Su vida escolar es irregular y existe un joven interesado en ser algo más que un amigo. Martín Cuenca nos lo cuenta con una caligrafía limpia y transparente, y con una mirada llena de ternura que empapa a los niños. Sólo desde una asunción absoluta de la verdad, sería alguien capaz de filmar a los dos hermanos pequeños de Andrea obteniendo ese nivel de naturalidad en todos sus gestos.
Y con esa delicadeza, vamos percibiendo los sentimientos que, a esa edad y en esa situación, son fundamentalmente confusión, pero no por ello, menos ciertos. Sin melodrama, sin gritos, sin ruido. Como la vida.
Sólo me falta en el guion un punto y es conocer el detonante del inicio de la historia, pero aun así, me siento totalmente enamorado de esta bellísima película que, a pesar de la dureza del entorno y la incertidumbre sobre el futuro, es, durante todo su metraje, asombrosamente luminosa.
Su breve carrera comercial, una pena, sólo puede ser fruto de la búsqueda de éxitos instantáneos y de la ceguera que en ocasiones parece mostrar la crítica.
Merece una segunda vida. Espero contribuir a ello con este comentario, modestamente. Es lo mejor de Martín Cuenca, y de lo mejor del cine español de este año.
Público
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