CINE: LA QUIMERA de Alice Rohnwacher

 

Italia 2023

Josh O'Connor. Carol Duarte. Isabella Rosellini. Vincenzo Nemolato. Alba Rohnwacher. Ramona Fiorini. Giuliano Mantovani. Piero Crucitti. Valentino Santagatti.

Tengo un buen amigo italiano, Pietro, enamorado de su tierra, que siempre dice que Italia es el único país donde en cualquier pequeña aldea puede encontrarse la grandeza de la Historia, con mayúsculas.

Creo que es cierto, la península de la bota está edificada sobre imperios arcaicos que, junto con su cultura, dejaron rastro de sus mitos en forma de ruinas. Creo que de eso va la película de Rohnwacher, de la memoria y de la leyenda, de la decadencia y del olvido, y por supuesto también de lo mítico, claro, y no olvidemos que algo mítico en Italia ha sido su cine: el neorrealismo, la seca poesía de Passolini, el humor excesivo de Fellini.... Todo esto está en esta película tan singular, tan difícil de atrapar y tan dolorosa como La Quimera.

Los protagonistas son un grupo de amigos, profanadores de tumbas etruscas para lucrarse vendiendo ilegalmente las piezas de los ajuares funerarios. Son unos patéticos truhanes de tercera, que no son capaces de percibir que también ellos viven entre ruinas como las que saquean, que todo a su alrededor, su mundo, es ya como mucho un vestigio de un pasado que tiene poco de grandeza. A su alrededor, unos diosecillos crueles y egoístas dispuesto a despreciarlos y utilizarlos siempre.

Entre ellos, hay un inglés con un don especial para encontrar tesoros sólo con sentir la tierra. También está habitado por la sensación de no pertenecer a ningún sitio y la infinita tristeza de haber perdido el amor. En un territorio habitado por personajes entre lo grotesco y lo cómico, este joven me recuerda a un Orfeo buscando el infierno donde recobrar a su Eurídice, y eso se convierte en un cuento doloroso, desconcertante y divertido, y con una poesía sucia y una belleza disonante.

Rohnwacher nos lo cuenta haciendo lo que podríamos considerar un gran homenaje al cine de su país, pero trayéndolo al día de hoy con una libertad gozosa y llena de hallazgos, apostando siempre por el riesgo, saltos de tono, pequeños misterios y, quizás el mayor riesgo, muchísima ternura. Todo ello caminando hacía un final maravilloso que en cuestión de segundos fusiona el terror y la magia.

No sé si La Quimera es una obra maestra pero es algo totalmente distinto, que me ha sorprendido y emocionado, algo totalmente nuevo empapado en la textura de lo clásico, diferente a cualquier cosa tanto en su forma de contar como en lo que cuenta.

Una experiencia única, de esas que hace que el cine sea cine.

Público 

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