CINE: EL RAPTO de Marco Bellocchio

 

Italia 2023

Fausto Russo Alesi. Barbara Ronchi. Leonardo Maltese. Enea Sala. Paolo Pierobon. Filippo Timi. Fabrizio Gifune. Paolo Calabresi. Corrado Invernizzi. Aurora Camatti. Alessandro Bandini. Bruno Cariello. Samuele Teneggi. Alessandro Fiorucci. Andrea Gherpelli. Daniele Aldrovandi

Bellocchio es ya de esos directores que parecen inmortales. A sus 85 años, no sólo continua en activo, sino que, mientras otros a su edad necesitan que se vean sus obras con cierta empatía, él nos ofrece algunos de sus mejores productos.

Recuerdo especialmente El Traidor, hace unos cinco años, y muy especialmente esa magnífica serie de televisión sobre el secuestro de Aldo Moro que fue Exterior Noche. Porque en muchas de sus propuestas, hay que recordarlo, el director recorre episodios y personajes relevantes de la historia de Italia.

En este caso, todo comienza en Bolonia en 1850. Los Mortara son una familia judía de comerciantes, fieles a los ritos de su religión y compuesta de nueve hijos. Una noche recibirán la temible visita de un enviado del inquisidor para anunciarles que su hijo, ahora de seis años, ha sido bautizado siendo apenas un recién nacido, y que por ello, su destino pertenece a Roma.

A partir de ahí, asistiremos a una lucha de poder desigual, entre la curia romana, capitaneada nada menos que por el Papa, y la comunidad judía. Comprobaremos como en ocasiones, son las historias personales las que cambian el mundo. Y seremos testigos, una vez más, de un pedazo de la historia del país desde una vertiente íntima, cuando la Iglesia era el poder más agresivo y, posiblemente inhumano, de Italia.

Bellocchio compone El Rapto desde el barroquismo narrativo que maneja tan bien, y lo hace convirtiendo de nuevo su obra en lo más parecido a una gran ópera. Música potente, personajes contundentes, movimientos corales con una coreografía perfectamente organizada, creación de cuadros corales que podrían ser cuadros de un museo.

El resultado es un excelente ejemplo de cine histórico, un homenaje a una estética muy italiana y una historia que también ofrece material para reflexionar sobre la fe.

Y la constatación de que el talento no tiene edad. Esperemos que Bellocchio todavía nos haga algunos regalos.

Comentarios